Norman Foster da una nueva vida al Museo de Bellas Artes de Bilbao
El arquitecto británico añade 2.000 metros cuadrados al proyecto de ampliación original con el que ganó el concurso en julio de 2019 junto con el arquitecto Luis María Uriarte.
Foster+Partners ha añadido un nivel superior que cubrirá los edificios existentes y en el que se reubicarán las oficinas de la pinacoteca.
Tras "excavar" en el subsuelo para construir el metro a mediados de los años noventa, Norman Foster ha salido a la superficie de Bilbao para dejar una nueva impronta en la capital vasca. El estudio Foster+Partners acaba de presentar el proyecto definitivo para la remodelación y ampliación del Museo de Bellas Artes de Bilbao. La propuesta final contempla el añadido de 2.000 metros al plan original elaborado en colaboración con el arquitecto Luis María Uriarte, bautizado como Agravitas, con el que ganó el concurso restringido en julio de 2019.
La nueva galería recibirá la luz natural a través de fachadas acristaladas y un óculo practicado en el nivel superior.
La superficie adicional se destinará a una segunda galería en el "sombrero" con el que Foster cubrirá los dos edificios de la pinacoteca: el antiguo, de 1945, cuya entrada original queda restituida con la ampliación, y el nuevo, de 1970. En ella se reubicarán espacios de oficinas (actualmente en el sótano) y del área de educación. El espacio liberado en el sótano se destinará a depósito de obras, lo que evitará tener que construir un edificio anexo. De este modo, "todo el conjunto quedará más integrado, hacia dentro y hacia fuera", comentó Norman Foster en la presentación del proyecto final.
Se unificarán todas las cotas de la planta baja para dotar al museo de un plano accesible y de fácil orientación.
El nuevo museo tendrá dos niveles acristalados con un aspecto claro que “utilizará para las partes visibles una piedra blanquecina, o composite, o cristal blanco o quizás un vidrio traslúcido para capturar la luz del norte”, explicó Norman Foster. Un diseño que responde al objetivo de "reorientar el museo hacia la ciudad restaurando la fachada del edificio y haciéndola más permeable". La captación de la luz natural se unirá al empleo de placas solares para incorporar criterios de sostenibilidad al museo, en línea con la sensibilidad medioambiental del arquitecto británico.
La nueva intervención convierte la Plaza Arriaga en el nuevo corazón del eje vertebrador del museo.
El director de la institución, Miguel Zugaza, cree que la ampliación va a reforzar la identidad de un museo que cumple 111 años, y va a darle un aspecto futurista con esa nueva plataforma, que aterrizará sobre la estructura original en 2023.