El urbanismo y los proyectos de vivienda pública y social son uno de los fuertes del estudio MVRDV fundado en 1993 por Winy Maas, Jacob van Rijs y Nathalie de Vries. Sin ir más lejos, Madrid puede presumir de dos ejemplos de ello: Los edificios Mirador (2005) y Celosía (2009), ambos en la zona de Sanchinarro. Los holandeses vuelven a exhibir músculo en este terreno con su último trabajo, Ilot Queyries, un complejo de edificios en Burdeos (Francia) que comprende 282 viviendas, 128 de ellas sociales, además de espacios comerciales, un restaurante en la azotea y abundancia de espacio público ajardinado para esponjar las construcciones, aportar luz natural y promover la convivencia entre los vecinos.
El edificio está ubicado al este del río Garona, frente al centro histórico de Burdeos, patrimonio de la UNESCO.
Foto: Ossip van Duivenbode
Localizado en la orilla este del río Garona, Ilot Queyries forma parte del proyecto Bastide-Niel, un nuevo barrio integrado por cuatro complejos de edificios, cuyo plan maestro es obra también de MVRDV junto con Joubert Architecture. Su diseño busca combinar las virtudes del centro histórico de Burdeos, patrimonio de la UNESCO, con la densidad, ecología, luminosidad y confort de la ciudad moderna.
Amplias zonas porticadas conectan el parque interior con la calle, introduciendo destellos de color que atraen la atención de los viandantes.
Foto: Ossip van Duivenbode
La propuesta de MVRDV ocupa los límites del terreno, liberando una superficie interior de más de 5.000 m2 para espacio ajardinado. Las cubiertas de los edificios se disponen en pendientes cuidadosamente estudiadas entre los 14 y 45 grados de inclinación para aprovechar al máximo la luz natural y proporcionar ventilación a las viviendas.
La disposición del edificio en los límites del terreno libera el espacio interior para generar un parque de más de 5.000 metros cuadrados.
Foto: Ossip van Duivenbode
El conjunto responde a su entorno con varias estrategias: en el lado sureste, secciones de un solo piso se relacionan con un vecindario caracterizado por construcciones de baja altura. Mientras, en la cara noreste, frente al río, el edificio se alza hasta las nueve plantas, coronado por una cubierta acristalada que aloja el restaurante, con vistas al Garona y el centro de Burdeos.
En contraste con las fachadas exteriores, las caras del edificio orientadas al parque interior se han acabado con un estucado de color rojo.
Foto: Ossi van Duivenbode
Ilot Queyries destaca también por el tratamiento del color: las fachadas que dan a la calle presentan una tonalidad crema suave, mientras que las caras interiores están acabadas con un estucado rojo. Junto con el paisajismo integrado por 83 alisos y abedules y una variedad de especies herbáceas, este diseño crea un parque interior con una imagen viva y estimulante. En varios puntos, amplios portales conectan el parque interior con el exterior, introduciendo destellos de color que atraen la atención del peatón.