Un camino privado une a esta magnífica casa con la playa de Cornualles, la inmensidad hecha arena, mar y acantilados. El viento sopla imponente y las olas se elevan sobre el mar. Es este uno de los destinos predilectos de quienes necesitan sentir esa conexión con el mar que regala subirse a una tabla. No importa si llueve o hace sol, al volver a casa la recompensa nos espera en la cabaña de la piscina, con aguas cálidas donde disfrutar de la vuelta a la calma de cada uno de nuestros músculos.
Esta es, de hecho, la historia de Marzouk Al-Bader, arquitecto y propietario de "Sand Dunes", una historia de amor con el paisaje y con las olas de Cornualles que le hizo decidir plantar raíces en el terreno y construirse esta casa que llegaría a ganar el "SouthWest Award" de Riba, el premio de arquitectura más prestigioso del Reino Unido; y el Daily Telegraph a la mejor casa contemporánea en un solo año.
Una casa sobre una duna, justo en frente del océano, con unas vistas que no tienen rival a Mawgan Porth, un lugar donde apretar el botón de "reset", donde reconectar. Esta lujosa vivienda está formada por tres edificios, cada aspecto de la propiedad ha sido construido para complementar la belleza natural del paisaje, usando los materiales que el paisaje ofrecía. La piedra y la madera de Cornualles, ambas negras, son las dos protagonistas.
Revestido en este bellísimo tipo de piedra, el edificio central se divide en dos mundos, en la planta de arriba, cinco dormitorios y una sala de cine, en la de abajo, una gran cocina comedor y un salón en dos niveles, uno hundido que se convierte en sofá nido donde reunirse al lado del fuego y un espacio de lectura con unas butacas orientadas al paisaje.
Los ventanales cubren prácticamente toda la fachada principal, empezando en el suelo y llegando hasta la cubierta, llenan las estancias de luz y del ininterrumpido océano, desde las habitaciones da casi la sensación de estar ante un trampolín y poderte sumergir en esa inmensidad con un simple salto.
Cada espacio ha sido expresamente diseñado para congregar a sus habitantes y unirlos, desde la enorme mesa del comedor, frente a la cocina, que denota un gusto compartido por la comida, hasta la estructura de los sofás frente al fuego que es siempre el origen de lo que llamamos hogar.
El propietario y diseñador, Marzouk Al-Bader, es fundador del apasionado estudio Watersheed, especializados en arquitectura, diseño interior y desarrollo de la propiedad, han encontrado su nicho en la construcción de viviendas costeras en Cornualles. Su enfoque es colaborativo e innovador, con el ojo puesto siempre en la sostenibilidad, en el uso de materias primas locales y la utilización de procesos artesanales y tradicionales. Su objetivo es el de construir edificios sencillos y bellos que se conviertan en hogares que reúnan a las familias. La compañía, de hecho, nació de la pasión por el estilo de vida que esta zona, única en el territorio inglés, les ofrecía. Los diseños están inspirados por el constante cambio del paisaje, por la transformación que deviene del paso de las horas, de los días y de las estaciones.