A mediados de los años noventa, Maggie Keswick tuvo que pasar por el doloroso y difícil trance de un tratamiento contra el cáncer, con su calvario de diagnósticos, tratamientos, remisiones y recaídas. Una de las enseñanzas que extrajo de la experiencia fue la importancia del entorno para alguien que se enfrenta a la enfermedad. Se dio cuenta de la necesidad de la luz natural, el contacto con la Naturaleza y la relajación que proporciona la relación con otras personas frente a la soledad del tratamiento en casa, pero también del grado de privacidad justo para que cada enfermo establezca su propio modo de lidiar con el proceso de recuperación.
Centro Maggie's en el oeste de Londres, de Richard Rogers.
Foto: Adam Hollier
Decidió entonces crear una fundación que impulsara la construcción de centros que cumplieran con ese objetivo. Siempre cerca de un hospital de referencia en el tratamiento del cáncer, todos ellos son edificios con una atmósfera doméstica e informal donde el paciente puede obtener apoyo práctico, emocional y social cuando lo necesite, sin necesidad de ser referido o de solicitar cita.
Centro Maggie's en Aberdeen (Escocia), de Snøhetta
Foto: Philip Vile
Los Centros Maggie's son especiales no porque sean lujosos, sino porque son capaces de establecer el escenario y el "tono" para todo lo que ocurre en ellos. Y porque, a pesar de esa modestia declarada, esconden el sello de destacados arquitectos que se han sentido atraídos por esta propuesta que juega a fondo con la dimensión emocional y terapéutica de su disciplina. Figuras de la talla de Zaha Hadid, Richard Rogers, Norman Foster, Rem Koolhaas, Chris Wilkinson o Steven Holl han aportado su grano de arena a la causa con sus diseños.
Centro Maggie's en Oxford, de Chris Wilkinson.
Foto: Philip Durrant
Cada uno de ellos ha trabajado estrechamente con un paisajista, porque para la Fundación Maggie tan importante es el edificio y su interior como lo que le rodea. Detalles como el recorrido de acceso, la vegetación presente e incluso los aromas que esta desprende forman parte del brieffing de cada proyecto. El paisaje, afirman desde la Fundación, ofrece un "espacio para respirar" entre los dos mundos del hospital y la vida real.
Centro Maggie's en Newcastle, de Ted Cullinan.
Foto: Philip Durrant
En la actualidad, la Fundación Maggie's dispone de 22 centros –20 de ellos en el Reino Unido más los centros de Hong Kong y Tokio– y está impulsando la construcción de otros nueve más, uno de ellos en Barcelona –perteneciente a la Fundación Kálida, con arquitectura de Benedetta Tagliabue EMBT e interiorismo de Patricia Urquiola–, cuya apertura está prevista a comienzos de 2019.