El cristianismo dice que Dios nos hizo a partir del barro. Discusiones religiosas aparte, de lo que no cabe duda es que el barro ha sido el material por excelencia de la humanidad, también el más usado en la construcción de edificios. Porque la cerámica no se limita a moldear vasijas; en la arquitectura también tiene mucho que decir. No en vano, los ladrillos de adobe existen desde hace 11.000 años. Así lo reconoce el Museo del Disseny de Barcelona, que el 16 de septiembre inaugura la exposición De obra. Cerámica aplicada a la arquitectura, un apasionante viaje por la historia y por los propios fondos de la institución, que abarcan desde la época medieval hasta nuestros días y tanto la cerámica funcional como la de autor.
La arcilla aún tiene mucho que decir hoy. Las deficiencias energéticas de vidrio, hormigón y metal le han devuelto a la actualidad. Pero para entender todo lo que puede ofrecer hoy toca mirar al pasado. Así, esta muestra comisariada por el arquitecto Pedro Azara, y centrada particularmente en el Mediterráneo –se impone el clima–, recorre 12.000 años de historia a través de más de 300 piezas de cerámica de toda índole: constructivas, funcionales, mágicas, antiguas, clásicas, contemporáneas...
El primer protagonista es el barro crudo, luego el cocido, y el ladrillo deja paso a la baldosa esmaltada, cuya fabricación se remonta al Antiguo Egipto. La cocción y la vitrificación permitieron que un material basto, expuesto a la erosión, entrara en el preciosismo ornamental. Lo pone de manifiesto la obra de artistas como Picasso, Dalí, Chillida o Barceló. Pero es que la arcilla también sirvió en Mesopotamia para dibujar planos en tablillas y, en épocas posteriores, para erigir maquetas a escala. La arquitectura monumental no se improvisaba y, gracias a estos trabajos previos, se han podido reconstruir importantes edificios de los que solo quedaban los cimientos.
La cerámica se empleó para fabricar desagües y cañerías, mientras que el vidriado introdujo los juegos de luces intra muros. Una casa puede construirse desde sus cimientos hasta las tejas y la chimenea solo con adobe y cerámica, deparando un resultado magnífico. Sobran los ejemplos en España de resultados fallidos cuando se han empleado materiales ajenos a su tradición.
La exposición se completa con entrevistas en vídeo a arquitectos en cuya obra la cerámica tiene un papel destacado, como es el caso de Toni Gironès y Vicenç Sarrablo, así com al ceramista de referencia en la arquitectura, Toni Cumella. Y dado que en los últimos tiempos la innovación tecnológica ha permitido que la cerámica se vuelva a incorporar a los sistemas constructivos, se ha creado un ciclo de conferencias en torno a estas soluciones, en colaboración con la Cátedra Cerámica con la Universidad Internacional de Cataluña. Con el hastag #MapaCeramica se invita a fotografiar fachadas, portales y otros elementos arquitectónicos de cerámica, un material síntesis de los cuatro elementos esenciales: tierra, agua, aire y fuego.