La medina de Fez recupera su vitalidad

Cuatro antiguos caravasares se rehabilitan para darles un uso contemporáneo

Arquitectura de puertas adentro

Arquitectura de puertas adentroFoto: Lilia Sellami

Antes de la fiebre del petróleo, las gasolineras y los hoteles de carretera del norte de África y de la Ruta de la Seda tenían el nombre de caravasares, donde viajeros y camellos descansaban en su tránsito por las principales rutas de caravanas. Se construían alrededor de un gran patio y estaban rodeadas de recios muros con amplías puertas por las que pasaban los animales. Su importancia en la economía era fundamental y, por tanto, los gobernantes invertían grandes sumas en su construcción; pocos edificios en la antigüedad recibían tantas atenciones.

Patio de uno de los cuatro caravasares de Fez

Patio de uno de los cuatro caravasares de Fez Foto: Lilia Sellami

Por su falta de uso, muchos acabaron como ruinas, otros se conservan como hitos turísticos. El destino de los cuatro caravasares de la medina de Fez (Marruecos) va más allá tras la conclusión de unas obras que comenzaron hace siete años con la financiación de un organismo público estadounidense, el Millennium Challenge Corporation. Los edificios son magníficos representantes de la arquitectura marroquí entre los siglos XIV y XVII. En sus celosías y grandes puertas de entrada se puede admirar el experto trabajo de los ebanistas. De carácter urbano, funcionan como un oasis bajo la protección del patio, encerrado en sí mismo y aireado a un mismo tiempo. Arquitectura de puertas adentro levantada con la sabiduría de una tradición centenaria, bioclimática mucho antes de que se inventara esta palabra.

Los edificios se insertan en un laberinto de callejuelas que es el hogar de 200.000 personas

Los edificios se insertan en un laberinto de callejuelas que es el hogar de 200.000 personas Foto: Lilia Sellami

El plan es convertir estos caravasares en "medinas contemporáneas", donde los artesanos puedan trabajar bajo aceptables condiciones laborales. Al de Staowniyene ya se habían trasladado un gremio de orfebres, pero las instalaciones eran un riesgo para todos, incluidos los niños. Los de Chemaine ySbetrieyebe se han adaptado para alojar viviendas, puestos comerciales y salas de exposiciones. El de El Barka acoge a víctimas de maltrato machista y es también un centro de artesanía para mujeres.

El destino de los carvasares es el de convertirse en "medinas contemporáneas"

El destino de los carvasares es el de convertirse en "medinas contemporáneas" Foto: Lilia Sellami

El estudio Oualalou+Choi, responsable de la reforma y con sedes en París y Casablanca, también tuvo que afrontar la rehabilitación de la plaza Lalla Yeddouna, de 25.000 metros cuadrados y principal entrada a la intrincada y medieval medina de Fez, un enjambre de tiendas y talleres además de ser el hogar de más de 200.000 personas; por eso se la considera el mayor monumento vivo de Marruecos y está considerada la mayor zona urbana del mundo cerrada al tráfico rodado. En este contexto, los retos que se tuvieron que asumir fueron múltiples, como enseñar a los jóvenes a dominar las viejas técnicas artesanas y aprender a utilizar los burros como medio de transporte, imponiendo estos animales el ritmo de las obras, hasta el punto de convertirse en unidades de medida.

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