José Antonio Martínez Lapeña y Elías Torres Tur, Premio Nacional de Arquitectura
El jurado destaca su lenguaje fresco y respetuoso con el entono, así como una trayectoria plagada de grandes obras en los ámbitos más diversos
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Un poco más y anuncian el Premio Nacional de Arquitectura 2016 en 2018. Pero tal relajación a la hora de conceder el galardón por parte del Ministerio de Fomento no desmerece un ápice la justicia del nombramiento a José Antonio Martínez Lapeña y Elías Torres Tur.
El jurado les reconoce como “autores de una extensa obra en una dilatada carrera conjunta que pronto cumplirá 50 años de colaboración ininterrumpida, a lo largo de la cual han abordado proyectos de toda índole, desde la periferia más problemática hasta sus encargos internacionales, en los que fueron pioneros en nuestro país. Entre su obra, de arquitectura abierta y arriesgada, se cuenta la construcción y renovación de algunos de los espacios públicos más significativos de la arquitectura española siempre desde un lenguaje fresco, que aúna compromiso cívico con actitud respetuosa ante el paisaje y la ciudad histórica, constituyendo un ejemplo de innovación y búsqueda constante”.
El jurado ha estado compuesto, entre otros, por Juan Navarro Baldeweg (Premio Nacional de Arquitectura 2014), Rafael Moneo (2015), Juan Bordes Caballero, Elisa Valero Ramos, Sara de Giles Dubois, Beatriz Colomina y José María Cruz Novillo.
José Antonio Martínez Lapeña (Tarragona, 1941) y Elías Torres Tur (Ibiza, 1944) tienen su estudio en Barcelona y han sido responsables de grandes proyectos, tanto públicos como privados, dos de ellos merecedores de los FAD de Arquitectura: los Jardines de Vil·la Cecília en Barcelona y el Hospital Comarcal de Móra d’Ebre en Tarragona. El mobiliario urbano también ha ocupado horas de trabajo en su estudio, al igual que los encargos de restauración o las instalaciones efímeras.
Su arquitectura racional sabe leer el contexto donde se construye y por eso cabe definirla como mediterránea dado su principal campo de actuación. Ante las mayores dificultades saben encontrar soluciones únicas que resuelven siempre más de un reto. El año pasado recibieron el prestigioso RIBA International Fellowship para arquitectos no británicos. El arquitecto John Tuomey, que les había propuesto para el premio, les definió como "un equilibrio de opuestos". "Elías es el remolino enérgico y alegre, mientras que José Antonio es el centro tranquilo, el que mantiene las cosas unidas proporcionando el núcleo y el ancla necesarios para el despacho".