Autora sobre todo de asientos que todavía están en producción, lo que atestigua la elegancia atemporal con el que fueron concebidos, Cini Boeri fue una pionera de la contribución femenina al diseño del siglo XX, a la altura de otra gran señora del diseño italiano, Gae Aulenti, y de coetáneos como los hermanos Castiglioni, Ettore Sottsass o Marco Zanusso. Murió el pasado 9 de septiembre a la edad de 96 años en su casa de Milán, la ciudad en la que nació y vivió toda su vida.
Cini Boeri con la silla Fantasma que creó en 1987 junto con su colaborador Tomu Katayanagi para Fiam. Realizada en una sola pieza de vidrio, es un ejemplo de su exploración de los límites de los materiales.
En el transcurso de su carrera, Cini –en realidad se llamaba Maria Cristina Mariani Dameno, pero adoptó su apodo infantil, diminutivo de picinin, una forma dialectal de decir pequeñita– colaboró con algunas de las empresas más importantes del diseño italiano, incluyendo la firma de iluminación Artemide y las de mobiliario Knoll, Magis y Arflex.
La butaca Bobo para Arflex (1967) fue el primer asiento en crearse sin estructura interna, utilizando solo la espuma.
Nacida en 1924, Cini se graduó en arquitectura en el Politécnico de Milán en 1951. Tras realizar un breve aprendizaje con el gran maestro Gio Ponti, inició una larga colaboración con Marco Zanusso, hasta que en 1963 fundó su propio estudio Cini Boeri Architetti. Con su trabajo supo ganarse el respeto de la profesión en una época muy complicada para el protagonismo de las mujeres en el mundo del diseño.
El sofá Serpentone, creado en 1971 para Arflex, estaba hecho exclusivamente de espuma de poliuretano y se vendía por metros.
Cini estuvo casada durante 25 años con el neurólogo Renato Boeri, del que tomó el apellido, y tuvo con él tres hijos: Sandro, periodista, Tito, economista, y Stefano, arquitecto. Este último comentaba en la revista online Dezeen de la obra de Cini: "lo que considero inasible de mi madre es su elegancia, una especie de don natural, que definía cada una de sus acciones. Cini creaba objetos y edificios pop, extremadamente elegantes sin ser aburridos ni presuntuosos, una mezcla casi imposible que ella sabía cómo crear”.
Silla Bottolo (1973), también para Arflex.
La economía de materiales siempre fue una de sus preocupaciones y es de esa sencillez de la que nace la armonía de sus productos, en los que cultivó un espíritu pop y lúdico muy afín a la época en que fueron creados sin dejar de ser pragmáticos y funcionales.