El artista James Casebere construye y fotografía edificios de papel y madera que hacen plantearse si su existencia es real al espectador
Las imágenes de James Casebere capturan edificios que no existen, salvo en el estudio del artista.
A simple vista, aparecen como obras arquitectónicas de toda entidad fotografiadas fuera de contexto o en uno surrealista. En realidad, estas imágenes son un juego de trampa y cartón, bueno, de papel y madera para ser precisos. Se trata del trabajo del fotógrafo y artista James Casebere (Míchigan, Estados Unidos, 1953) quien construye y fotografía maquetas a través de las que explora la relación entre la escultura, la fotografía, la arquitectura e incluso el cine.
Su trayectoria empezó con unas instalaciones escultóricas de gran escala; de ahí, con el paso del tiempo, su trabajo ha recalado en los más importantes museos del mundo como el MoMA, el Guggenheim o el Whitney de Nueva York o la Tate Gallery de Londres, y en exposiciones individuales en el MAC (Musée d’art contemporain) de Montreál o Centro Gallego de Arte Contemporáneo de A Coruña. No en vano forma parte de la llamada The Pictures Generation, 1974-1984, un grupo artístico que sigue los preceptos del arte conceptual y que tomó la fotografía como medio para explorar cómo las imágenes dan forma a nuestra percepción, tanto de nosotros como del mundo. Entre ellos, se encuentran John Baldessari, Barbara Kruger, Robert Longo, Richard Prince o Cindy Sherman.
De una forma muy particular, James Casebere, en lugar de fotografiar la arquitectura, crea escenarios oníricos donde ésta, con un aspecto real, aparece en un paisaje surrealista. Confecciona un escenario y trabaja la luz de tal manera que termina por capturar unas imágenes de gran plasticidad. Viviendas de sobria arquitectura contemporánea, construcciones de estilo vanguardista y en llamativos colores, con grandes ventanales o de reminiscencias racionalistas, todo tiene cabida en sus maquetas.