De puertas adentro con… el arquitecto Ramón Esteve

Hoy hablamos con él de sus casas, pero no de las que piensa y ejecuta, sino de las que habita. Aunque, en realidad, transitamos entre lo humano y lo divino, que es la mejor manera de aprender de alguien.

Charlar con el arquitecto Ramón Esteve es adentrarse en un universo de referencias y equilibrio. Todo en él respira calma y es un amparo seguro de conocimiento. Tal vez por ello, sus propuestas están en boga sin depender de las tendencias. Libres de opulencias, poseen el don de la atemporalidad y la elegancia. Se trata de ese talento del que disfrutan algunos profesionales, y algunas personas en definitiva, de no tener la necesidad de demostrar nada. Y destacar.

Valenciano de nacimiento (y por elección), le otorga un aire Mediterráneo a todo lo que firma, y su vocación es una conquista permanente de los espacios esenciales.

"Mi padre era topógrafo. De niño me llevaba con él a la obra, e incluso a veces le ayudaba a dibujar algún plano, por lo que cuando llegué a la Universidad me sentía bastante familiarizado con los procesos constructivos y con el dibibujo ténico", comenta.

"Mi padre era topógrafo. De niño me llevaba con él a la obra, e incluso a veces le ayudaba a dibujar algún plano, por lo que cuando llegué a la Universidad me sentía bastante familiarizado con los procesos constructivos y con el dibibujo ténico", comenta.


Ramón, ¿cuál es tu primer recuerdo relacionado con el diseño o la arquitectura?

Cuando era pequeño, mi tío me regaló un libro donde aparecía la Casa de La Cascada. Recuerdo que me impresionó muchísimo y pensé ‘algún día haré casas como esta’. Otro momento que tengo grabado es cuando visité por primera vez la Casa Ronchamp, de Le Corbusier. Cuando entré, me desbordó; casi sufrí el Síndrome de Stendhal. Sin estar condicionado por el conocimiento, aquello me sobrepasaba. Ahora que sé cómo funcionan los mecanismos de la arquitectura, entiendo el porqué. Hace un par de años volví a visitarla y me impresionó todavía más. Todos los elementos de ese lugar generan una armonía sublime.

¿Y cómo era tu habitación de adolescente?

Lo cierto es que la habitación en la que dormía no era donde estaba la mayor parte del tiempo. Lo más representativo es que se trataba de un lugar diáfano; la cama se plegaba y sólo la bajaba a la hora de dormir. Tenía un pequeño escritorio a modo de cubículo en el que me resultaba muy fácil concentrarme.

En el ático del edificio donde vivía había un pequeño trastero que no medía más de 2x1m, pero es donde más tiempo pasé mis horas desde los 9 hasta los 18 años. Dibujaba o modelaba maquetas, normalmente relacionadas con el aeromodelismo, que me interesaba muchísimo. Lo habilité yo mismo y, como no tenía luz, decidí puentearla desde la escalera. Tenía toda una instalación montada, incluso hice que se encendiera la música al entrar… Mi familia todavía se ríe cuando recordamos estos experimentos.

¿En cuántas casas has vivido?

Viví en casa de mi familia hasta que me fui a Madrid a estudiar la carrera. Durante ese tiempo, fui pasando por diferentes viviendas de alquiler con una constante: vaciarlas y crear mi propio ambiente con muy pocos recursos. Por aquel entonces no existía Ikea ni nada similar, así que compraba los muebles en ferreterías y tiendas de menaje y, con unos tableros, unas sillas de tela y cuatro flexos creaba un ambiente cálido y acogedor. En esos años de estudiante que pasé en Madrid también me aficioné a la pintura. Alberto Redondo y yo pintábamos cuadros de gran formato y, el piso de Madrid en concreto, lo decoramos con algunos de ellos.

Esta es la casa-estudio de Esteve: "Siempre he necesitado vivir en un entorno acogedor y con el que me sintiese identificado, fueran las que fueran las posibilidades. Con cuatro muebles y una iluminación buena se puede conseguir".

Esta es la casa-estudio de Esteve: "Siempre he necesitado vivir en un entorno acogedor y con el que me sintiese identificado, fueran las que fueran las posibilidades. Con cuatro muebles y una iluminación buena se puede conseguir".

Cuéntanos, ¿con qué objetos te identificas o te acompañan en todas las mudanzas?

Libros, las piezas que he diseñado yo mismo y algunos objetos de diseño como, por ejemplo, las lámparas Tolomeo. Es cierto que, cuando cambio de espacio, me gusta cambiar también todos los elementos; del resto me deshago de alguna forma.

¿Qué haces en casa que nadie se imaginaría?

No sé si es algo que nadie se imaginaría, pero me gusta mucho cocinar; y cada vez más.

¿Cuánto habla tu casa de ti?

Decir más, es imposible. En mis dos casas he diseñado yo mismo hasta el último detalle: lámparas, muebles, y, en algún caso, hasta manetas y grifería. He aprovechado para disfrutar de esa libertad extrema y experimentar con todo lo que se me ocurría.

Los interiores de su casa estudio en el barrio del Carmen de Valencia destacan por la esencialidad decorativa, pocas piezas pero bien seleccionadas son suficientes para él.

Los interiores de su casa estudio en el barrio del Carmen de Valencia destacan por la esencialidad decorativa, pocas piezas pero bien seleccionadas son suficientes para él.

¿Qué valoras y buscas en una casa?

Sobriedad extrema, y mis dos casas así lo manifiestan. Creo en esa idea monacal de concebir la vivienda como un espacio para pensar, donde proyectar tus ideas y recuerdos sobre una falta de objetos innecesarios que te distraen. Valoro que sea un ambiente que te arrope y tenga todo lo necesario para vivir. No hablo de simplificar eliminando, sino de sumar integrando.

Una cosa que llama mucho la atención es que no tengo obras de arte y nunca he sentido la necesidad de coleccionarlas. Adoro el arte, visito y leo todo lo que puedo al respecto; pero no necesito tenerlo en casa. Quizá porque pienso que no puedo pagar las piezas que realmente me gustaría tener. También porque creo que la arquitectura es una obra en sí y no necesita complementos.

Refugio en la Viña, de Ramón Esteve Estudio. "En el extranjero, valoran nuestro talento porque siempre hemos conseguido hacer arquitectura de calidad con pocos medios", sentencia.

Refugio en la Viña, de Ramón Esteve Estudio. "En el extranjero, valoran nuestro talento porque siempre hemos conseguido hacer arquitectura de calidad con pocos medios", sentencia. Foto: Mariela Apollonio

¿En qué zona pasas más tiempo?


Aunque tengo el privilegio de vivir en un ático con una terraza maravillosa en el casco histórico de Valencia, por mi forma de vida paso muy poco tiempo en casa. Si tengo que decir una zona sería mi habitación, por el hecho de ser el lugar donde duermo. Pensándolo bien, si cuento el Estudio como mi casa, ya que se sitúa en las dos primeras plantas del edificio donde vivo, es ahí donde paso más tiempo.

¿Qué opinas de la arquitectura española en general?

Espero no sonar chovinista, pero creo que es de las mejores del mundo. Antes de la crisis de 2008, hubo una época en la que las administraciones públicas sacaron bastantes proyectos a concurso, lo cual hizo que aflorara muchísimo talento. La buena noticia es que ha vuelto a retomarse, de hecho nosotros acabamos de ganar dos que son un ejemplo de ello.

Por otro lado, creo que nuestra fortaleza, en comparación con otros países europeos, es que hacemos muy buena arquitectura con muy pocos medios. Otra de las razones es que tenemos muy buenas Universidades de Arquitectura, tanto públicas como privadas. Cuando fui profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, una de las cosas que más me llamaba la atención era que los estudios de arquitectura que llevan el nombre de las grandes figuras europeas, como por ejemplo Herzog & De Meuron, están llenos de estudiantes españoles.

El interior del proyecto Refugio en la Viña, que resultó ganador del premio europeo de CEMEX en residencia y el de la Bienal Ibero Americana, entre otros

El interior del proyecto Refugio en la Viña, que resultó ganador del premio europeo de CEMEX en residencia y el de la Bienal Ibero Americana, entre otros

Artistas. ¿Con cuáles te quedas?
Anish Kappor, Mark Rothko y Donald Judd.

¿Y diseñadores?
Gio Ponti, Jacobsen, Eeron Sarineen, Charles y Ray Eames.

¿Arquitectos?
Louis Kahn, Lewerentz, José Antonio Coderch y Jorn Utzon.

¿Cuál es la Playlist de Ramón?

Me gusta mucho el Jazz. De hecho, mis temas favoritos están recogidos en la Playlist de Spotify Jazz Refugio. Pero aquí van tres temas:

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