Enhorabuena Mr. Wright

El 8 de junio se cumplen 150 años del nacimiento de Frank Lloyd Wright, genio precursor de la arquitectura contemporánea

JLM-Pennsylvania-Fallingwater-Frank-Lloyd-Wright-1932-1600

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Rafael Hernández

Periodista especializado en arquitectura y diseño

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A pesar de no militar en el movimiento moderno, Frank Lloyd Wright (1867-1959) fue autor de un puñado de iconos arquitectónicos del siglo XX

A pesar de no militar en el movimiento moderno, Frank Lloyd Wright (1867-1959) fue autor de un puñado de iconos arquitectónicos del siglo XX

La casa-estudio del arquitecto en Oak Park, Illinois (1889-1898) de Frank Lloyd Wright

La casa-estudio del arquitecto en Oak Park, Illinois (1889-1898) fue su primera obra individual y el lugar en el que alumbró sus ideas y su propio estilo

Arthur Heurtley house, en Oak Park, Illinois (1902) de Frank Lloyd Wright

La Arthur Heurtley house, también en Oak Park, Illinois (1902), pertenece al periodo de las "Prairie houses" o casas de la pradera, desarrolladas por Wright entre 1893 y 1909

edificio Larkin (Buffalo, Nueva York, 1905) Frank Lloyd Wright

"Creo que con el edificio Larkin (Buffalo, Nueva York, 1905), por primera vez, conscientemente, comencé a tratar de vencer a la caja". El edificio fue demolido en 1950

Templo de la Unidad Frank Lloyd Wright

Completado en 1908 en Oak Park, el Templo de la Unidad es el único edificio público del periodo Prairie que queda en pie

Robie House Frank Lloyd Wright

Pieza culminante del estilo Prairie y precursora del modernismo, la Robie House fue levantada en 1910 en el campus de la Universidad de Chicago para un empresario de ideas avanzadas

Casa Ennis-Brown en Los Angeles (1924) Frank Lloyd Wright

La casa Ennis-Brown en Los Angeles (1924) es uno de los numerosos edificios que Wright construyó con lo que él llamaba “bloques textiles” que empleó durante casi 40 años

Kaufman house Casa de la Cascada Frank Lloyd Wright

La Kaufman house en Mill Run, Pennsylvania (1935) redefinió la relación entre arquitectura y naturaleza. Por eso se la conoce mejor como la Casa de la Cascada, una de las obras más conocidas de Wright y para muchos la casa más famosa del siglo XX

Casa de la Cascada Frank Lloyd Wright

Más de siete décadas después de haber sido construida, la Casa de la Cascada todavía impresiona por su composición espacial, por el uso innovador de los materiales y por el modo en cómo se relaciona con el entorno

Herbert and Katherine Jacobs house (Madison, Wisconsin, 1936) Frank Lloyd Wright

La Herbert and Katherine Jacobs house (Madison, Wisconsin, 1936), fue catalogada por el American Institute of Architects (AIA) como uno de los veinte diseños residenciales más importantes del siglo XX

Sede de la compañía Johnson Wax en Wisconsin (1939) Frank Lloyd Wright

En su proyecto para la sede de la compañía Johnson Wax en Wisconsin (1939), Wright creó un edificio ensimismado por fuera con muros de ladrillo ciego

Edificio Johnson Wax Frank Lloyd Wright

En el interior del edificio Johnson Wax, sin embargo, la luz juega un papel fundamental. Wright buscó que llegase de forma uniforme a todos los rincones, y para lograrlo utilizó dos recursos: deshacer las cornisas y aprovechar los espacios residuales entre las circunferencias que sus columnas generaban en el techo

George Sturges residence en Los Angeles (1939) Frank Lloyd Wright

La George Sturges residence en Los Angeles (1939) resulta singular por la fuerza de sus volúmenes abstractos y, sobre todo, por la potencia de sus plantas en voladizo

Museo Guggenheim de Nueva York (1959) Frank Lloyd Wright

Wright no pudo despedirse de este mundo de modo más brillante: el mismo año de su muerte se inauguraba otra de sus obras más reconocibles, el Museo Guggenheim de Nueva York (1959)

Inclasificable en términos de estilo arquitectónico, la obra de Frank Lloyd Wright (1867-1959) fue ajena al movimiento moderno. Hasta el punto de que hubo épocas en que sufrió el ostracismo por sus supuestas ideas anticuadas. Y sin embargo, su trabajó trascendió mucho más allá de lo que muchos nunca creyeron. El tiempo le dio la razón, y ahí están el puñado de iconos que nos legó para demostrarlo.

Entre las iniciativas que celebran el 150 aniversario del nacimiento del genio figura en lugar destacado la exposición que le dedica el MoMa de Nueva York del 12 de junio al 1 de octubre de 2017. Con el título Frank Lloyd Wright at 150: Unpacking the Archive, la muestra incluye 400 obras entre las que se incluyen bocetos y dibujos arquitectónicos, maquetas, fragmentos de edificios, películas, emisiones de televisión, textiles, pinturas, fotografías y libros de recuerdos, junto con una serie de obras que rara vez o nunca han sido públicamente expuestas.

Cuando nacían los que hoy están considerados los grandes maestros de la arquitectura moderna europea (Le Corbusier –1887– y Mies van der Rohe –1886–), Frank Lloyd Wright ya construía sus primeros edificios, y cuando aquellos comenzaron a liderar el movimiento moderno, Wright ya había adquirido gran reconocimiento nacional e internacional, e incluso había tenido tiempo de sufrir una crisis creativa y emocional que no superaría hasta los años treinta del siglo XX.

Sin embargo, a Frank Lloyd Wright se le honraba por su aportación pasada a la arquitectura, pero se esperaba poco más de él; era considerado un arquitecto del pasado, romántico y desfasado. Pero él era ajeno a todo ello: desde sus comienzos decidió buscar su propio aislamiento de la metrópoli y los movimientos intelectuales para potenciar así su personalidad inventiva y transgresora, propensa a las propuestas inéditas y revolucionarias como lo fue su proyecto de un rascacielos de una milla.

Frank Lloyd Wright vivió por y para la arquitectura. Fundó el Taliesin Fellowship, un programa de aprendizaje para el estudio y desarrollo tecnológico de la arquitectura y la construcción junto a otros estudios. La sede de esta asociación la estableció en su propia casa-estudio, Taliesin East, en Wisconsin; posteriormente construyó Taliesin West con el mismo propósito, pero en la costa oeste.

Durante toda su carrera se le consideró impresionista, heredero de las Arts & Crafts, cubista, expresionista, racionalista, pop, minimal e, incluso, posmoderno. Sin embargo, Frank Lloyd Wright solo accedió a ser definido como naturalista ya que, según sus propias palabras, concebía los espacios como un crecimiento y una organización de las zonas vitales que permitiesen al ser humano transmitir y recibir los impulsos de la naturaleza.

Existen ciertas constantes en su obra que aclaran la imposibilidad de clasificarla; una de las más recurrentes es el principio de la individualidad como metodología proyectual, es decir, el rechazo de todos los códigos convencionales de los estilos arquitectónicos para afrontar cada encargo como único y específico. Otra de estas constantes es la integración edificio-ciudad-territorio. Cada uno de sus proyectos trataba de asimilar las características propias del emplazamiento para integrarse como un cuerpo que pareciese indivisible del paisaje al que pertenecía; el máximo exponente de este principio es la casa E. Kaufmann, más conocida como la Casa de la Cascada, una de sus obras más reconocidas.

En definitiva, Frank Lloyd Wright fue un arquitecto con suficiente carácter como para sobrevivir a los clichés que la época trató de asignarle, capaz de plantear cada proyecto como el primero y el último de su carrera, y exprimir al máximo los avances tecnológicos que la industria ponía a su alcance. De otra manera nunca hubiese sido capaz de concebir el Museo Guggenheim de Nueva York, su última gran obra maestra, cuando tenía 90 años y dieciséis años después de que le fuese encargado.

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