Cerca de 2.200 m2 es el espacio que va a destinar el Centro Pompidou de París a una exposición retrospectiva dedicada a Norman Foster, la más extensa sobre su figura hasta la fecha. Son pocos metros, en comparación con la superficie de todo lo que ha construido el arquitecto, que a sus casi 88 años lleva trabajando desde hace 60.
Considerado por muchos como el arquitecto más famoso del mundo, la muestra, que se podrá ver del 10 de mayo al 7 de agosto, comisariada por Frédéric Migayrou, director adjunto del Musée National d’art moderne, repasa los diferentes periodos de la obra del arquitecto y destaca sus creaciones de vanguardia, desde las que impulsaron su carrera, como la sede de la Hong Kong and Shanghai Banking Corporation (Hong Kong,1979-1986), el Carré d'Art (Nîmes, 1984-1993), el Aeropuerto Internacional de Hong Kong (1992-1998) y Apple Park (Cupertino, Estados Unidos, 2009-2017), hasta las más recientes, como el estadio de fútbol de Lusail, en Qatar (Lusail, 2015-2022) o aquellas que terminarán dentro de poco (todo el mundo está expectante ante la finalización de las obras del Salón de Reinos del Museo del Prado, cuya apertura se prevé para 2025).
Boceto del Millenium Bridge de Londres (2000). Cortesía de Norman Foster Foundation
Foto: Norman Foster Foundation
La escenografía de la exposición, diseñada por el propio Foster y realizada en colaboración con su estudio, Foster + Partners y la fundación que lleva su nombre (Norman Foster Foundation), se desarrollará en torno a siete temas: «Nature and Urbanity»; «Skin and Bones»; «Vertical City»; «History and Tradition»; «Planning and Place»; «Networks and Mobility» y «Future». Dibujos, bocetos, maquetas originales y dioramas, junto a numerosos vídeos y fotografías, permitirán a los visitantes descubrir los entresijos de alrededor de 130 grandes proyectos.
París en diez edificios desconocidos
Por constituir las fuentes de inspiración de Norman Foster y estar en sintonía con su arquitectura, también se incluyen en la exposición obras de Fernand Léger, Constantin Brancusi, Umberto Boccioni y Ai Wei Wei, así como creaciones de corte industrial (un avión, un automóvil y hasta una batería nuclear).
El edificio del Hong Kong and Shanghai Bank (1986) es uno de los epítomes de la arquitectura high-tech y el trabajo que dio fama internacional a Norman Foster.
Cualquier encuentro con la obra del arquitecto Norman Foster evoca inmediatamente sus proyectos más impactantes, aquellos que son sinónimo de la imagen de una ciudad, de un país o, por decirlo de otra manera, que han cambiado la configuración de un lugar o de un espacio. Grandes aeropuertos, redes de transporte, rascacielos, sedes de grandes empresas, edificios públicos, hiperestructuras como puentes, programas de desarrollo urbano, museos... Todo ello demuestra el compromiso de Norman Foster con la complejidad de la organización de las grandes sociedades industriales.
Dibujo para el centro Sainsbury para las Artes Visuales (1978). Cortesía de Norman Foster Foundation
Foto: Norman Foster Foundation
Una coincidencia relacional: Foster fundó en Londres en 1963 la agencia Team 4 con Wendy Cheesman y Richard Rogers, quien, junto con Renzo Piano, sería el arquitecto del Centro Pompidou en 1977. Precisamente, esta exposición tendrá lugar en ese mismo edificio (no exento de polémica, todo hay que decirlo, cuando se abrió al público en 1977), que fue una de las primeras manifestaciones del movimiento arquitectónico High Tech, surgido en los 70, del que Norman Foster está considerado como uno de sus precursores. Concebido como una continuación de la arquitectura moderna, se caracteriza por incorporar elementos industriales y tecnológicos en todo tipo de edificios: viviendas, oficinas, museos y fábricas.
Norman Foster (en la segunda fila, primero por la derecha) y Richard Rogers (en el centro) con el resto de integrantes del estudio Team 4, en una imagen de los años sesenta.
En 1967 Foster fundó su estudio Foster Associates, que se convirtió en Foster + Partners en 1992. A partir de ese momento, el arquitecto impuso la imagen de un estudio que ha conservado su identidad de agencia global siempre abierta a la investigación y la innovación, y que integra en sus proyectos todas las dimensiones técnicas, económicas, sociales y medioambientales. Una de las preocupaciones centrales de su obra es una comprensión más amplia del concepto de medio ambiente, que incluye la naturaleza y toda la biosfera. Identifica la alta tecnología con una tecnosfera que controla los efectos destructivos del mundo industrial con una economía compatible con la vida en la Tierra.
Norman Foster y Buckminster Fuller. Cortesía de Norman Foster Foundation
Foto: Ken Kirkwood
Este concepto global, que combina el despliegue de tecnologías con una comprensión del medio ambiente, se basa en la obra de Richard Buckminster Fuller, arquitecto estadounidense con el que Foster trabajó en varios proyectos. Así, ya en los años 60 y 70, en un momento en que la sociedad industrial despertaba a los desafíos medioambientales, Norman Foster participó en la aparición del movimiento ecológico y en su desarrollo en el curso de proyectos más contemporáneos. Si se preguntan si hay catálogo: sí, lo hay. 264 páginas presentan la obra del arquitecto a través del prisma de ochenta de sus proyectos más significativos. Aún tienen tiempo de reservar unos billetes a París para ver una de las exposiciones del año: avisados quedan.