El futuro del ayer

El libro 'The Tale of Tomorrow' recorre los grandes proyectos utópicos del siglo XX

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Palais Bulles de Antti Lovag

Palais Bulles

 La casa de vacaciones que Antti Lovag diseñó en 1979 para el diseñador Pierre Cardin.

Montreal Biosphère de Richard Buckminster Fuller

Montreal Biosphère

 Lo concibió Richard Buckminster Fuller para la Expo de Montreal de 1967. Hoy es un museo de ciencias naturales. 

Arcades du Lac de Ricardo Bofill

Arcades du Lac

 Ricardo Bofill levantó en 1981 a las afueras de Versalles, sobre un lago artificial, un Versalles "para el pueblo", como definió un crítico. 

Sheats / Goldstein Residence de John Lautner

Sheats / Goldstein Residence

 Proyecto de John Lautner en Los Ángeles, de 1963. Su fachada brutalista se ha visto en muchas películas de Hollywood.  

Monsanto House of the Future

Monsanto House of the Future

 Se construyó en 1957 para el parque temático de Disneyland Tomorrowland, en California. 

Congreso Nacional de Brasilia de Oscar Niemeyer

Congreso Nacional de Brasilia

 Con sus dos cúpulas y torres gemelas, es la obra más representativa de la arquitectura moderna brasileña. Concebida por Oscar Niemeyer, las obras duraron entre 1956 y 1958.  

Casa de Retiro Espiritual de Emilio Ambasanz

Casa de Retiro Espiritual

 La construyó el argentino Emilio Ambasanz a las afueras de Sevilla en 1975. La casa reinterpreta el patio andaluz en clave moderna. 

Terminal de la TWA de Eero Saarinen

Terminal de la TWA

Eero Saarinen pensó que los aeropuertos nos llevaban a un mundo mejor y por ello concibió la terminal de la TWA en el aeropuerto JFK de Nueva York (1962) en un tono netamente optimista. Se está rehabilitando como hotel. 

Edificio Ramot Polin de Zvi Hecker

Edificio Ramot Polin

 Se levantó en Jerusalén en 1975 con 720 módulos prefabricados. A su arquitecto, Zvi Hecker, se le criticó porque el edificio parecía una colmena. 

Sede del Partido Comunista en París de Oscar Niemeyer

Sede del Partido Comunista en París

 El brasileño Oscar Niemeyer ideó una cúpula con paneles de aluminio para la sala de conferencias de este edificio de 1981.

Villa Saboya de Le Corbusier

Villa Saboya

 Le Corbusier firma en 1928, a las afueras de París, la vivienda racionalista por excelencia, levantada sobre ligeros pilotes.  

Atomium en Bruselas de André Waterkeyn

Atomium

Es una estructura en acero y aluminio de 102 metros de altura construida para la Exposición de Bruselas de 1958. André Waterkeyn representó un cristal de hierro ampliado 165 mil millones de veces. Fue planeada para permanecer seis meses, pero rápidamente se convirtió en una atracción turística.

La Casa de Vidrio de Lina Bo Bardi

La Casa de Vidrio

Esta vivienda de Lina Bo Bardi fue el gran manifesto de la arquitectura moderna brasileña a pequeña escala. Concluida en 1951, hoy es un museo dedicado a su autora. 

"Hubo una época en la que parecía que los planos blueprint, los sueños y el hormigón en bruto tenían el poder de cambiar el mundo". Con estas palabras comienza el libro The Tale of Tomorrow, la historia (o el cuento) del mañana que vislumbraron los arquitectos en el siglo XX. Publicado por la editorial con sede en Berlín Gestalten, por sus páginas discurren proyectos que fueron hitos arquitectónicos de la época, todos marcados por su idealismo utópico.

En 1979 Antti Lovag diseñaba la casa de vacaciones curvilíena de Pierre Cardin en Cannes, cincuenta años antes Le Corbusier abría las puertas de Villa Saboya, en los 60 Eero Saarinen construía la terminal de la TWA en el aeropuerto JFK (en tránsito de convertirse en un hotel) y, una década antes,André Waterkeyn daba forma al edificio Átomo de Bruselas, atracción turística con un inmenso poder de atracción. Todos llevan a hacerse muchas preguntas, como le ocurre al resto de proyectos presentes en el libro.

En aquella centuria de creatividad desbocada, cualquier proyecto, por extravagante que pareciese, podía llevarse a cabo. En gran medida era debido a la confianza ciega de los arquitectos en sí mismos: no dudaban de que con su obra podían contribuir a una sociedad mejor, en la que sus individuos fueran más felices. Con el cambio de milenio se ha podido comprobar que esta visión tan optimista del oficio en ocasiones tuvo su razón de ser y, en otras, condujo al sinsentido, cayendo en el olvido tantos y tantos edificios obsoletos.

Las páginas de este libro tienen así mucho de investigación arqueológica e invitan a reflexionar sobre la posición de la arquitectura en la sociedad. En paralelo, se rinde tributo al coraje de aquellos visionarios que, si bien confundidos en sus planteamientos muchas veces, al menos soñaron con un mundo mejor.Ese espíritu que nunca se debería perder.

The Tale of Tomorrow

The Tale of Tomorrow

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