Cuaderno ECO: Más madera para la sostenibilidad

Debemos encontrar la manera de reconectar con la naturaleza. Ser respetuosos con nuestro entorno no solo beneficiará al planeta, sino también a la salud de sus habitantes. Necesitamos una forma de construcción que reduzca las emisiones de CO2 y encontrar la manera de almacenar el carbono. La madera tiene la virtud de conseguir ambos propósitos.

Instalación Mass is More del IAAC+Bauhaus Earth en el pabellón Mies van der Rohe de Barcelona.

Instalación Mass is More del IAAC+Bauhaus Earth en el pabellón Mies van der Rohe de Barcelona.Foto: Adrià Goula

De todos los sectores productivos, el que tiene mayor incidencia en la contaminación es la construcción. Es la responsable del consumo del 50% de los materiales extraídos de la naturaleza, produce el 49% de los desechos y aglutina el 38% de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía. Los diseñadores tenemos el deber y la obligación de rebajar estas cifras, pero si seguimos con el modelo de construcción que hemos estado usando durante el siglo XX el problema se agravará y ya no tendremos tiempo de reacción.

El uso de la madera ayuda a controlar el efecto invernadero, actuando como vertedero de CO2, además de ser un material versátil, sostenible, renovable, ligero, resistente, reciclable, que no contamina y que aporta bienestar y confort a los habitantes. Dicen que la madera será el material arquitectónico de este siglo XXI, pero para que esto ocurra debemos confiar en las edificaciones hechas con ella, conocer sus propiedades, sus beneficios y, sobre todo, desmentir los tabúes que durante más de un siglo, desde la revolución industrial, se han prodigado injustamente sobre ella.

Proyecto de ampliación de la Escuela Politécnica de Lausana (Suiza), de 3XN e Itten+Brechbühl.

Proyecto de ampliación de la Escuela Politécnica de Lausana (Suiza), de 3XN e Itten+Brechbühl.

Si podemos plantearnos un cambio de paradigma en la construcción es gracias a los avances tecnológicos que ha experimentado la industria maderera en las últimas décadas traducidos en nuevas soluciones. El entramado ligero de madera es una estructura formada por piezas colocadas cada 60 centímetros y fijadas a entramados transversales, lo que da estabilidad al conjunto. Su principal uso son viviendas unifamiliares o edificios de hasta cuatro plantas. Su ventaja es la ligereza y sencillez de fabricación, que permite bajar costes y acortar los tiempos de ejecución. La madera laminada encolada (MLE) presenta una alta durabilidad y resistencia a la humedad, generando piezas de gran tamaño y formas únicas para estructuras portantes. Por último, la madera laminada cruzada (CLT) destaca por su alto nivel de prefabricación (consta de tres a siete capas de madera adherida), la rapidez de construcción y, especialmente, porque se puede usar para edificaciones de más de cuatro plantas en altura.

Midway Point House en Tasmania, Australia, de Cumulus Studio.

Midway Point House en Tasmania, Australia, de Cumulus Studio. Foto: Adam Gibson

¿Sabías que...

... tras el terremoto de l’Aquila en 2009 en Italia, el Gobierno italiano encargó para la reconstrucción viviendas de hormigón y de madera? En la fase de proyecto de los edificios con estructuras de este último material, a estos se les exigió pruebas de resistencia, aislamiento y tracción mecánica mucho más severas que a los de ladrillo y hormigón. El resultado fue que superaron las pruebas ampliamente; además, se levantaron en menos tiempo, tienen propiedades antisísmicas muy altas y, por si fuera poco, su coste fue inferior al de los tradicionales. Y es que los edificios de madera presentan numerosas ventajas frente a los de acero u hormigón. La carga de la energía acumulada en las estructuras de madera, de media y con la misma masa, es diecisiete veces inferior a las de estos materiales más habituales. Necesitan menos tiempo de ejecución y poseen una menor carga estructural, pesando tres veces menos.

Memoria viva natural

La sensibilidad que transmite la madera se debe a que, impregnada en su interior, contiene la huella digital de la naturaleza, incorporando sus vivencias y su energía y reconectándonos con ella. Desde el punto de vista climático, su uso tiene la enorme ventaja de que es un fijador de CO2. A través de la fotosíntesis capta CO2 atmosférico, lo absorbe en su estructura y oxigena el medioambiente, reduciendo así la huella de carbono. Además, es un gran regulador del ciclo hidrológico, incidiendo en la humedad relativa y la pluviosidad del lugar. A nivel de diseño permite salvar grandes luces, la apertura de amplios ventanales y se adapta de forma muy sencilla al entorno, ya que es fácilmente manejable y manipulable. Asimismo dispone de una buena absorción de las ondas acústicas, disminuyendo la reverberación, y ofrece un buen aislamiento térmico, lo que reduce el consumo energético del edificio.

Interior del Cradle Mountain Visitor Center, Australia, de Cumulus Studio.

Interior del Cradle Mountain Visitor Center, Australia, de Cumulus Studio. Foto: Anjie Blair

Desmontando prejuicios

Si la madera tiene tantas ventajas, ¿porqué muchos usuarios aún no se fían de la construcción con este material? Sobre ella existen numerosos tabúes que, a lo largo de la historia, se han enquistado y se deben desmentir. Desde 2006 la edificación con ella cumple todas las exigencias del Código Técnico de la Edificación (CTE) en lo que se refiere a seguridad estructural, contra incendios y de utilización, salubridad, protección frente al ruido y ahorro energético. Uno de los temores más arraigados es su resiliencia frente al fuego. Sin embargo, es un material muy predecible en caso de incendio, que tiene una pérdida de sección constante en el tiempo y no colapsa ya que por sus características térmicas y por su baja conductividad del calor la transmitancia de altas temperaturas es muy baja, lo que mantiene su resistencia. Y frente a la creencia de que las construcciones de madera son menos duraderas, cabe señalar que en los últimos años la industria maderera ha realizado muchos avances en el tratamiento preventivo de aparición de plagas, gracias al uso de maderas modificadas y tratamientos en autoclave.

Un poco de historia

El vínculo entre la madera y los seres humanos a lo largo de la historia ha sido muy estrecho. Durante siglos fue el principal material de construcción junto a la arcilla, ayudando al desarrollo de las primeras civilizaciones. Sin embargo, a finales del siglo XIX, con la aparición de las estructuras de acero y de hormigón, se perdió el contacto ancestral con ella. En nuestro país se abandonaron las explotaciones forestales y la industria maderera pasó a un segundo plano, los usos tradicionales se olvidaron y la madera se dejó de estudiar en las escuelas de arquitectura. En Europa, aunque las estructuras de acero y hormigón también se habían impuesto, la aparición en 1906 de la patente de Otto Hetzer de construcción de piezas curvas de madera laminada hizo que ambos sistemas de construcción cohabitasen en el norte del continente y en Estados Unidos, sobre todo en la utilización de cubiertas. Desde entonces se han diseñado e incorporado nuevos productos, especialmente con el desarrollo a principios de los años noventa en Austria y Alemania de los paneles de madera contralaminada (CLT) ya que debido a su capacidad estructural es posible la construcción de rascacielos. En la actualidad, gracias a estos avances tecnológicos y con la necesidad de reducir las emisiones de gases, se han puesto de relieve las inmejorables propiedades que nos ofrece la madera comparada con otros sistemas de construcción.

La madera en cifras

25 pisos tiene el edificio más alto de madera, en Milwaukee, EE.UU.

1287 es el año de construcción de la casa de madera más antigua de Europa, en Schwyz, Suiza.

50 mil metros cuadrados tendrá la villa olímpica de París 2024, construida íntegramente con madera.

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