Verano 2020: ruta segura en coche por la arquitectura de Valencia, Alicante y Murcia

Te animamos a que cojas tu vehículo y, junto a nosotros, descubras esas joyas de la arquitectura levantina que mejor han sabido mirar al futuro sin perder su espíritu mediterráneo.

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Veles e Vents de David Chipperfield Valencia

Veles e Vents, de David Chipperfield y B720 Arquitectos (Valencia)

Arrancamos la ruta en el que fuera el antiguo edificio Foredeck, rebautizado como Veles e Vents en honor al poema del mismo nombre de Ausiàs March. La obra, que en 2007 se convirtió en el corazón de las regatas de vela de la Copa América, destaca por sus cuatro plataformas dispuestas a diferentes alturas y ligeramente desplazadas entre sí que, ópticamente, parecen que están suspendidas en el vacío. Su color blanco, como no podía ser de otra forma, alude a la luz del Mediterráneo y marca un fuerte contraste con el mobiliario de su interior. También es un lugar de obligada visita para aquellas personas que quieren mimar su paladar porque tiene tres restaurantes: La Marítima, La Sucursal y Malabar.

Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat MuVIM, de Guillermo Vázquez Consuegra en Valencia

MuVIM - Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat, de Guillermo Vázquez Consuegra (Valencia)

El arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra es el responsable de este museo inaugurado en 2001 en el barrio de Sant Francesc que se encuentra justo en el solar en el que anteriormente estaba el Hospital de los Pobres Inocentes. La compleja geometría de la fachada de hormigón del MuVIM, de 75 metros de longitud, se adapta a la manzana triangular de su localización. Vázquez Consuegra, a su vez, también es el autor del espacio verde urbano que le rodea, uno de los principales pulmones de la ciudad desde finales de 2012.

Bombas Gens Centre d'Art, de Cayetano Borso di Carminati en Valencia

Bombas Gens Centre d'Art, de Ramón Esteve (Valencia)

Esta edificación diseñada en 1930 por Cayetano Borso di Carminati albergó la antigua fábrica de Bombas Hidráulicas Carlos Gens, y se ha mantenido como uno de los pocos ejemplos de arquitectura industrial de comienzos del siglo XX de la capital valenciana. En 2017, gracias a una rehabilitación y ampliación promovida por la Fundació Per Amor a l'Art y proyectada por Ramón Esteve (aunque no hay que obviar a la alemana Annabelle Selldorf, la responsable del proyecto museístico, y al navarro Eduardo de Miguel por su gran trabajo de rehabilitación), reabrió sus puertas para pasar a convertirse en un nuevo templo del arte y la fotografía de la ciudad. Más allá de la prevalencia del ladrillo cerámico y el acero galvanizado con que Esteve evoca la atmósfera industrial del complejo original, y la bodega abovedada de finales del siglo XV que se descubrió en el transcurso de las obras, sin duda, de Bombas Gens cabe destacar su antiguo patio trasero reconvertido en jardín, un espacio recoleto de 1.147 metros cuadrados que invita a los visitantes a contemplar la arquitectura modernista que le caracteriza.

Palacio de Congresos de Norman Foster Valencia

Palacio de Congresos de Valencia, de Norman Foster (Valencia)

Antes de tomar el coche para dirigirnos a Calpe vamos a detenernos en el Palacio de Congresos que sentó las bases de la moderna Valencia actual. Norman Foster, ganador del premio Pritzker en 1999 y del Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2009, está detrás de este edificio inaugurado en 1998. Más allá de su planta con forma de lente convexa o de ojo definida por dos fachadas curvas, cabe señalar cómo el arquitecto británico aprovechó la ocasión para emplear elementos prefabricados en la construcción tanto de la estructura como de la cubierta. Esta última, en concreto, destaca por la presencia de láminas fotovoltaicas, por lo que es todo un ejemplo de arquitectura eficiente. A nadie le extrañó que en 1999 recibiera un premio del Royal Institute of British Architects (RIBA) al Mejor Edificio Europeo.

Muralla Roja de Ricardo Bofill Calpe

Muralla Roja, de Ricardo Bofill (Calpe, Alicante)

En la era Instagram, donde una imagen vale más que mil palabras, la Muralla Roja de Ricardo Bofill está viviendo una segunda juventud, ya que es uno de los edificios que en los últimos años más pasiones levanta en esa red social. Situado en la urbanización La Manzanera, su construcción se completó en 1973. Más allá de por su particular color y el pronunciado acantilado en el que se encuentra, sobresale una laberíntica distribución que hace rememorar a las casbah árabes (aquí los espacios interiores habitables se prolongan a partir de terrazas, escaleras y patios que se comunican entre sí). Lo que viene siendo una micro ciudad en sí misma.

6 Edificio Xanadu de Ricardo Bofill

Xanadú, de Ricardo Bofill (Calpe, Alicante)

Justo a su lado, dentro de la propia urbanización La Manzanera, hallamos a su hermano menos conocido y de color verde. Hablamos del edificio Xanadú, construido con anterioridad a la Muralla Roja. Dispone de 18 apartamentos también unidos entre sí mediante rampas y escaleras, y su fachada guarda paralelismos con un castillo y el Peñón de Ifach, también en Calpe. Con estos dos particulares edificios, sin duda, Bofill reinventó los impersonales apartamentos vacacionales que inundaron las costas españolas a partir de la década de los sesenta. Tras ello llegó el momento de volver al coche y dirigirnos a otra gran estrella del turismo patrio: Benidorm.

benidorm

Skyline de Benidorm (Alicante)

Conocida como la "Nueva York del Mediterráneo", nada más llegar a Benidorm sorprenden sus hileras de rascacielos. Tras Madrid y Barcelona es la tercera ciudad que acoge a un mayor número de turistas en nuestro país, por lo que la gran mayoría de estos gigantes son hoteles y bloques de apartamentos. Independientemente de lo que pueda parecer estéticamente, su skyline es objeto de deseo para aquellos amantes de la arquitectura más kitsch, pero también un ejemplo pionero de urbanismo sostenible frente al modelo fagocitador de territorio y recursos que representan las urbanizaciones de casas unifamiliares; de modo que no hay que restarle valor. Al contrario. Benidorm se ha hecho a sí misma con el paso de los años y anda sobrada de personalidad. En nuestras costas no hay ningún otro lugar que se le parezca lo más mínimo.

Paseo Marítimo de la Playa de Poniente, de OAB – Office of Architecture in Barcelona en Benidorm

Paseo Marítimo de la Playa de Poniente, de OAB (Benidorm, Alicante)

Para disfrutar de Benidorm no sólo hay que alzar la vista para ver en todo su esplendor sus numerosos rascacielos. Carlos Ferrater y Xavier Martí Galí, de Office of Architecture in Barcelona (OAB), son los responsables del Paseo Marítimo de la Playa de Poniente. Desde 2009 este es un nuevo lugar de transición entre la ciudad construida y el espacio natural del mar y la playa, ya que el paseo recoge los flujos longitudinales y transversales de las diferentes circulaciones y los canaliza permitiendo acceder a la playa de una forma muy cómoda. De hecho, más allá de jugar con las luces y las sombras, sus sinuosas líneas trenzadas recuerdan tanto a un acantilado como al movimiento de las olas. El proyecto de Ferrater y Martí fue merecedor del Premio de Arquitectura Española 2011 otorgado por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE).

lab nucia cristalzoo

Lab_Nucia, de Crystalzoo Arquitectura (Alicante)

Toca hacer una parada en Alicante, concretamente en el Polígono Industrial de La Nucía, para descubrir este moderno laboratorio de empresas llamado Lab_Nucia que nació con la voluntad de dar oportunidades de negocio a los jóvenes empresarios, emprendedores y freelance de la zona. Crystalzoo, el estudio de arquitectura dirigido por José Luis Campos, está detrás de este proyecto finalizado en 2019 cuyas paredes de hormigón visto texturizadas se pliegan sobre sí mismas, jugando con planos y entradas de luz que gracias al sol remarcan los pliegues que caracterizan a la fachada. Sus llamativas notas de color amarillo homenajean a los cómics de Frank Miller.

Isla Informática en la Universidad Miguel Hernández, de Moho Arquitectos Elche

Isla Informática, de Moho Arquitectos y Carlos Abadía Sánchez (Elche, Alicante)

Antes de adentrarnos en Murcia proponemos hacer una pequeña parada en Elche para ver este proyecto. El estudio de arquitectura murciano Moho, en colaboración con Carlos Abadía Sánchez, presentó en 2009 en la Universidad Miguel Hernández este edificio descontextualizado que podría replicarse perfectamente en cualquier otro campus, ya que se trata de lo que ellos mismos definen como una "isla Wi-Fi". Más allá de su futurista apariencia y su planta centralizada de 357 metros cuadrados, cabe destacar su accesible patio central y el hecho de que la estructura carece de pilares.

 Ayuntamiento de Murcia de Rafael Moneo

Ampliación del Ayuntamiento de Murcia, de Rafael Moneo (Murcia)

Ya en Murcia nos detenemos en la ampliación de su ayuntamiento, a cargo de Rafael Moneo, cuya edificación convive desde 1998 en la céntrica Plaza del Cardenal Belluga con la barroca Santa Iglesia Catedral de Santa María. Tal es el respeto que este proyecto profesa por el pasado y su entorno histórico que la entrada a esta casa consistorial no se hace desde la misma plaza, sino desde la adyacente calle Frenería. Para el diseño de la fachada Moneo se inspiró en el sistema polifónico propio de una partitura musical.

Auditorio y Centro de Congresos de Águilas

Auditorio y Palacio de Congresos Infanta Doña Elena, de Barozzi Veiga (Águilas, Murcia)

Desde 2004 en el municipio murciano de Águilas, concretamente en la fachada de su puerto, sobresale esta obra del estudio barcelonés Barozzi Veiga. A lo lejos el Auditorio y Palacio de Congresos Infanta Doña Elena parece un bloque blanco, un color del todo acorde con el espíritu de la arquitectura mediterránea. No obstante, a medida que uno se acerca, la fachada que mira a la bahía deja ver dos superficies cóncavas (todo lo contrario a lo que ocurre en la fachada que da a la ciudad, que es convexa) que recuerdan a las velas de un barco. Esa teatralidad que tiene al mar de decorado está más que justificada teniendo en cuenta el tipo de espectáculos que se llevan a cabo en su interior.

En las poco más de tres horas en coche que separan la ciudad de Valencia de Águilas, en Murcia, se puede comprobar a la perfección el poder transformador de una arquitectura que, incluso, a finales del siglo XX, ya miraba sin temor al futuro. Que se lo pregunten si no a Norman Foster, quien a finales de los noventa no dudó en construir el Palacio de Congresos de Valencia valiéndose de materiales sostenibles cuando la arquitectura eficiente parecía algo más propio de un libro de ciencia ficción y, por entonces no estaba tan en boga como en nuestros días.

Pero eso no es todo. En la Comunidad Valenciana y en la Región de Murcia pueden disfrutarse de edificaciones erigidas por algunos de los arquitectos más laureados de nuestro país y de fuera de nuestras fronteras. En definitiva, de un gran número de obras que han contribuido a situar a ambas comunidades en el mapa internacional gracias a la impronta de unos creadores que se rebelaron contra el statu quo.

¿Acaso Calpe no es reconocida en el mundo entero por esos dos singulares complejos vacacionales que Ricardo Bofill ideó a finales de los sesenta y a principios de los setenta como revulsivo a aquellos impersonales bloques de apartamentos que se adueñaron de las costas españolas? ¿O bien Benidorm, pese a su apariencia kitsch no es un buen ejemplo de cómo la arquitectura en altura puede ayudarnos a solucionar la falta de espacio en las ciudades y preservar el territorio?

Robusto, deportivo y con siete plazas: el Mercedes Benz GLB ofrece una flexibilidad absoluta para disfrutar de esta ruta solo, en familia o con hasta siete amigos.

Robusto, deportivo y con siete plazas: el Mercedes Benz GLB ofrece una flexibilidad absoluta para disfrutar de esta ruta solo, en familia o con hasta siete amigos.

De todos modos, en esta ruta no solamente priman conceptos contemporáneos como el coworking (a través del proyecto Lab_Nucia que Crystalzoo Arquitectura llevó a cabo en Alicante) o las nuevas tecnologías (la Isla Informática que Moho Arquitectos y Carlos Abadía Sánchez construyeron en el corazón de la Universidad Miguel Hernández de Elche). Ese es el motivo por el que, tanto en la primera etapa de este viaje como en la recta final, hemos querido detenernos en dos casos que ejemplifican cómo la arquitectura moderna carecería de alma si, ante todo, no respetara la historia, nuestro pasado común: la rehabilitación y ampliación por parte de Ramón Esteve, Annabelle Selldorf y Eduardo de Miguel de la antigua sede valenciana de la empresa industrial Bombas Gens y, a 240 kilómetros de ahí, la ampliación del Ayuntamiento de Murcia de Rafael Moneo.

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