A Bjarke Ingels, fundador del afamado estudio BIG Architects, parece que le gustan los techos; y si son curvados, mejor. Uno de sus proyectos más emblemáticos, la planta energética CopenHill en Copenhague, se distingue precisamente por su cubierta inclinada que en invierno funciona como pista de esquí.
La cubierta estará construida con madera laminada con pasador (Dowel Laminated Timber, DLT) y rematada por placas fotovoltaicas.
El arquitecto danés vuelve con esta tipología, vinculada también a un proyecto de sostenibilidad, con CityWave, un edificio en la zona de nuevo desarrollo CityLife, a poca distancia del centro histórico de Milán. La construcción estará coronado por una gigantesca cubierta que actuará a su vez como una de las instalaciones fotovoltaicas más grandes de Italia, y la cubierta solar integrada en un entorno urbano más grande de Europa.
El proyecto de BIG Architects completará CityLife, un distrito nuevo de uso mixto inmerso en un parque de 160.000 metros cuadrados en el centro histórico de Milán.
A diferencia de los otros tres edificios icónicos de CityLife, diseñados por Zaha Hadid Architects, Daniel Libesking y Arata Isozaki, el de BIG Architects no será un rascacielos vertical, sino un edificio de oficinas desgajado en dos cuerpos de 12 y 22 plantas respectivamente conectados por un espacio público cubierto, sostenido por estilizadas columnas. El tejado de ambos cuerpos se prolonga en la cubierta del espacio como un solo elemento, alcanzando una longitud de 200 metros y 11.000 metros cuadrados de paneles, con una capacidad de producción de electricidad de 1.200 mW/h anuales. Además de generar electricidad, la cubierta servirá también para recoger y reutilizar agua de lluvia.
CityLife ya ha obtenido la precertificación LEED Platino y aspira a conseguir la certificación Gold WELL por sus estándares de salud y bienestar.
El diseño de BIG Architects, cuya construcción ha arrancado a comienzos de septiembre, pretende "completar, no competir con" los otros edificios, en palabra de Bjarke Ingels. De creer sus explicaciones, la forma definitiva de su propuesta obedece a una circunstancia bastante prosaica: aunque la idea original era levantar uno o dos edificios altos para completar el plan maestro, cuando visitaron la zona por primera vez se bajaron en la estación de metro más cercana, llamada Tre Torri (tres torres). "Pensamos que el hecho de que hubiera cuatro o cinco torres crearía cierta confusión, así que decidimos ir en otra dirección".
Así, el conjunto se alzará ahora como una especie de pórtico entre CityLife y el tejido urbano anexo, sin hacer sombra a los otros gigantes.