La biblioteca que todo lo ve de MVRDV
El segundo gran proyecto en China del estudio holandés tiene deliberadamente forma de globo ocular
Fachada ocular de la biblioteca.
La biblioteca de pública de Tianjin Binhai proyectada por el estudio MVRDV junto con los arquitectos locales TUPDI acaba de ser inaugurada en Tianjin, una metrópolis costera a las afueras de Pekín, China. El diseño del proyecto y la obra han logrado realizarse en un tiempo récord de tan solo tres años.
Vista interior del atrio y el auditorio en forma de globo ocular.
El edificio es uno de los cinco que se están llevando a cabo dentro del ambicioso plan del Instituto de Planificación y Diseño Urbano para crear el Centro Cultural Binhai con instalaciones de 120.000 m2, unidas entre sí por medio de un corredor público con una cubierta de vidrio. En este proyecto participan otros reconocidos arquitectos internacionales como Bernard Tschumi, Bing Thom y HH Design.
Vista interior del atrio y el auditorio en forma de globo ocular.
La espectacular obra de 33.700 m2 se engloba en un volumen rectilíneo de vidrio del que asoma un "ojo" que otorga vistas panorámicas del proyecto desde el exterior. Este "ojo" ahueca la masa, dibujando una topografía que genera un atrio en el que sentarse a leer, descansar y compartir. El núcleo central es un volumen esférico iluminado que se asemejaría al globo ocular y que en su interior contiene el auditorio.
Con capacidad para almacenar 1,2 millones de libros las estanterías envuelven el atrio y forman parte de las misma estructura de los asientos, las escaleras, el techo e incluso las lamas de la fachada. El interior se entiende como cueva rodeada por una estantería continua.
En los pisos superiores se han colocado placas de aluminio con tomos de libros impresos.
Además de la biblioteca, en los cinco niveles se pueden encontrar diferentes instalaciones educativas situadas en el perímetro del edificio y a las que se accede a través del atrio. Desde la planta baja también se accede a las zonas de lectura para niños, adultos y ancianos, además comunica con todas las áreas del edificio y con el resto del complejo cultural. Un espacio subterráneo contiene el gran archivo, y en los pisos superiores se puede disfrutar de amplias terrazas.
En los pisos superiores se han colocado placas de aluminio con tomos de libros impresos.
El apretado calendario de la obra llevó a abandonar la idea inicial del estudio de proporcionar acceso a las librerías más altas, a través de los espacios educativos situados tras las paredes del atrio. Esta modificación imposibilita el acceso a los libros de los pisos superiores, pero se subsanará a medio plazo. Mientras tanto se han colocado placas de aluminio perforado con impresiones de los tomos.