En este edificio de Barcelona una discreta fachada exterior esconde una casa que gira completamente en torno a un patio. Gracias a una carpintería casi invisible y a una arquitectura llevada a su mínima expresión, obra del equipo de Arquitectura-G, todo se ha enfocado a la conexión con el exterior, a pesar de contar con handicaps como encontrarse entre dos edificios y encontrarse en pendiente.
Según explican desde el estudio, el proyecto (bautizado como Casa Costa) comenzó de una manera completamente distinta: se trataba de una rehabilitación de una casa que, finalmente y debido a diferentes patologías, se tuvo que derribar. Sin embargo, el que girase en torno a un patio siempre fue una de las ideas originales así que se mantuvo esa filosofía.
Los propietarios, una familia pequeña de profesiones del diseño con hijos, les dieron una gran libertad a la hora de intervenir más allá de las necesidades básicas. "No había peticiones concretas, solo sacarle provecho a la parcela y cierto número de dormitorios, partiendo de la base de espacios abiertos". Así, en la nueva construcción la vivienda solo cuenta con dos fachadas, una a la calle y otra interior abierta a un patio. Dentro, la casa se abre al patio a través de unas ventanas que casi desaparecen gracias a una carpintería que sustituye las paredes creando un porche para la casa. "De alguna manera es como si tuvieras un pequeño jardín", señalan.
Casa Costa de Arquitectura-G.
Al estar pegada a una medianera la casa sigue teniendo una total privacidad logrando sacar provecho a un espacio que era residual. "Se ha logrado que sea parte en todo momento de cada uno de los espacios dela casa, no hay ningún sitio que no conecte con el patio salvo el baño", señalan.
En total, ahora la casa cuenta con dos plantas y un total de 203 metros cuadrados. En la planta baja, las zonas comunes, cocina, salón y comedor, tan solo se delimitan por un cambio en la altura mientras que, en la planta superior, se ubican los tres domitorios de la casa. En cuanto a los materiales y colores, se ha apostado por una paleta de colores mínima con una fachada lisa monocroma y un interior en el que la estructura se ha dejado a la vista, con una escalera que se integra con uno de los pilares. Otros elementos, como los railes de carpintería de las ventanas, se han ocultado embebiéndolos en la estructura, logrando así un aspecto minimalista en una casa familiar. "Nos consta que la familia está encantada con el proyecto. Es todo lo que buscaban, ha sido pasar a limpio su casa anterior".