Arquitectura y fotografía han vivido siempre en estrecha simbiosis: a menudo importa tanto el valor intrínseco de un edificio como la perspectiva que le aporta el ojo avezado que lo fija en imágenes. Esto es especialmente cierto en el trabajo del fotógrafo Gregori Civera para Ricardo Bofill. Desde que retratara por encargo a la familia del arquitecto en 2009, Civera se convertió en un miembro más de La Fábrica, el espacio multidisciplinar que desde 1975 ocupa una antigua fábrica de cemento junto al Walden 7, una de sus obras más icónicas, y que sirvió de estudio y vivienda a Bofill hasta su fallecimiento, en enero de 2022.
Sin artificios
Durante esos más de doce años, Civera ha plasmado una obra arquitectónica diseminada en cuatro continentes a lo largo de seis décadas con una mirada directa que rechaza la interpretación y el juego para restituir el objeto y su contexto. La exposición Bofill x Civera, en L’Unité d’Habitation de Le Corbusier en Marsella, organizada por Kolektiv Cité Radieuse (del 8 de diciembre de 2022 al 10 de febrero de 2023) muestra el resultado de esa relación cómplice entre ambos. Para Civera, las imágenes que ha escogido "huyen del efectismo, presentando cada uno de los proyectos tal como los encontré. Se trata de un trabajo que puede inscribirse plenamente en el terreno de la fotografía documental". La muestra inicia los actos de celebración del 60 aniversario de la fundación de RBTA (Ricardo Bofill Taller de Arquitectura) y es la oportunidad de acercarse a la obra de este arquitecto inclasificable que fue objeto tanto de controversia como dev eneración.