Visitamos la exposición de Viktor Papanek, pionero del diseño consciente

El pasado mes de octubre se inauguró la mayor retrospectiva dedicada a Viktor Papanek. Diseñador clínico como se denominaba en sus tarjetas de visita al llegar a EEUU, político comunista como tantos empresarios le acusaron y antetodo un pionero y un agitador intelectual. Desde el ejercicio del diseño, la docencia, las publicaciones e incluso programas de televisión acercó la idea de que todo es diseño y diseñable. Que la raíz omnímoda del diseño le hace ser protagonista en las relaciones sociales y ecológicas que se generan a través del consumo, la producción y justo lo contrario. Como profesional y activista, dedicó su vida a dar protagonismo a las personas excluidas del proceso de diseño, como los niños, las mujeres, los habitantes del hemisferio sur del planeta, las personas mayores o las personas con discapacidad. Una exposición monográfica sobre un autor único y a la vez temática sobre las cuestiones, que continúan siendo las más candentes del diseño actual.

La Política del Diseño es una superproducción expositiva comandada por las comisarias Amelie Klein (Vitra Design Museum) y Alison J. Clarke (Victor J. Papanek Foundation, University of Applied Artes Vienna) que permanecerá abierta al publico en el Design Hub de Barcelona hasta febrero. Una exposición que mezcla un impresionante trabajo de documentación y clasificación de material personal del propio Papanek junto con obras contemporáneas que comparten el espíritu crítico y continúan su legado. Una muestra necesaria para el sector, que como espectador se recomienda visitar con suficiente tiempo para dedicarle y toda la atención centrada en no perderse en su intrincado recorrido expositivo.

Muy recomendable también haber leído o por lo menos ojeado “Design for Real World”, su primera publicación y a la vez el libro sobre diseño más vendido de la historia, para poder sacarle todo el jugo. En una época en que las nuevas generaciones vuelven a cuestionarse la fe ciega en el consumismo de las últimas décadas, está bien pararnos y mirar hacia atrás, aprender de lo ya hecho, evitar los errores cometidos y nutrirnos de inspiración para el día a día.