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Apartahotel Leman Locke

Apartahotel Leman Locke

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Apartahotel Leman Locke

Aunque la movilidad es el signo de nuestra era y muchos llevan por trabajo una vida nómada, el apartahotel es un modelo de negocio al que le ha costado percibir estos cambios, maltratando a sus huéspedes con auténticos alardes de decoración viejuna. En el nuevo Leman Locke del barrio londinense de Aldgate parece que se ha dado con la fórmula para dejar de hacerles sufrir mezclando a partes iguales un hotel boutique y un apartamento de Airbnb. Además de resultar confortable, ofrece eso que se llama una "experiencia" –concepto tan de moda en el sector– para que el viajero se sienta parte de una comunidad cosmopolita y no le atrape una desasosegante soledad al entrar en la habitación.

De 168 habitaciones, el apartahotel Leman Locke lo ha diseñado Grzywinski + Pons, estudio radicado en Nueva York que firma gran parte del mobiliario. Sus clientes disponen de un gimnasio abierto las 24 horas, diversas salas de reuniones y espacios de trabajo –que aquí se ha venido a sacar el salario– y los bares Treves & Hyde Lounge y Purist cocktail bar, que pretenden hacerse un sitio en la inquieta escena gastro del este de Londres. Desde el principio se han programado actividades para socializar como catas de ginebra y encuentros profesionales en torno a una copa. Con sus suaves tonos pasteles y la sutileza de sus detalles decorativos –mesas con sobres de mármol, suelos de madera, paredes de hormigón visto–, las habitaciones resultan muy fotogénicas para Instagram.

Cuentan con una sofá-cama en L, una sala de estar y una cocina americana dentro de un ambiente en el que se juega con los estilos nórdico e industrial. Aunque lo mejor que se puede decir de este nuevo establecimiento es que sus pasillos no dan miedo. Son luminoso y están aireados; no parece que un alocado Jack Nicholson nos vaya a salir al doblar la esquina como ocurre en tantos otros apartahoteles.