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"Una mirada a lo que vendrá".

"Una mirada a lo que vendrá".

"Una mirada a lo que vendrá".

"Una mirada a lo que vendrá".

"Una mirada a lo que vendrá".

Si algo tiene la obra de Olafur Eliasson es que no deja indiferente. Y de eso se trata. El artista no cesa en su impulso por hacer al espectador partícipe de sus piezas de arte, provocando en él un involuntario compromiso que lo relaciona con ellas de una manera muy personal. Son un estímulo para el cerebro y un reto para los sentidos.

El artista islandés-danés vuelve a Madrid el 13 de febrero con una exposición individual en la galería Elvira González. Con Una mirada a lo que vendrá Eliasson presenta una serie de obras que reflexionan sobre las formas de percepción del espectador frente a la obra, y su posterior abstracción a la realidad. La muestra aborda cuestiones como la relación de la obra con el espacio, y de este con el espectador, en su juego habitual de luz, movimiento, profundidad y perspectiva.

No es la primera vez que la obra de Olafur Eliasson se presenta en la galería Elvira González. Junto con Your successful uncertainty, en 2014, y Kepler was wrong, en 2010, esta nueva exposición continúa con la inagotable serie de “instalaciones experimentales” del artista, abriendo de nuevo la puerta a la incertidumbre.

La muestra tiene lugar al mismo tiempo que la recogida en el Espace Mouraille de Ginebra, con el nombre Objets définis par l’activité (en francés, objetos definidos por la actividad), en la que de nuevo se invita al espectador a interactuar con la obra, y ser, en palabras del artista, “más un productor que un consumidor de (una) realidad”.

Además de este inagotable interés por la relación crucial entre el espectador y su obra, Eliasson muestra a través de su trabajo un notable compromiso social y medioambiental. Ya en 2012 fundó junto al ingeniero solar Frederik Ottesen el proyecto Little Sun, que lleva energía limpia y sostenible a remotas regiones sin electricidad con una pequeña lámpara fotovoltaica.

En 2015 su instalación Ice Watch, en la Place du Panthéon de París, mostraba 12 icebergs traídos de Groenlandia que fueron colocados en círculo, como las horas de un reloj, y expuestos a la intemperie para ir derritiéndose durante la Conferencia de Las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Además, el estudio de Olafur Eliasson, con sede en Berlín, ha publicado una serie de gráficos que muestran el incremento de la temperatura del planeta desde la década de los 60 hasta hoy. Delicada pero poderosa, discreta pero insistente, su obra se convierte en un (bello) reflejo del mundo en el que vivimos.