Que el clima mesetario de la capital española puede llegar a ser inclemente en verano es algo que no hay que recordar a sus habitantes; otra cosa es que sea terreno fértil para que florezca la vegetación tenaz propia de las zonas desérticas. Felizmente, el que nos ocupa no es ejemplo palpable del cambio climático y el amenazador proceso de desertización de la península Ibérica, sino un proyecto que acerca al curioso la increíble riqueza verde que alberga un medio aparentemente tan inhóspito como el desierto.
Se trata de Desert City, un centro multifuncional de más de 16.000 m2 construidos, ubicado en el km. 25 de la Autovía A-1, en San Sebastián de los Reyes, que alberga un jardín botánico experimental de cactus y otras especies xerofíticas de más de 5.000 m² , el primer vivero biotecnológico especializado en xeropaisajismo, que cuenta con espacios de I+D, un laboratorio y terrazas-mirador, entre otros elementos. El centro está abierto al público y ofrece visitas guiadas los fines de semana y los días festivos.
La instalación, diseñada por el arquitecto Jacobo García-Germán, se sitúa en un espacio de transición y diálogo que representa la filosofía del proyecto. En origen era un descampado limitado por la carretera A-1 y por las estribaciones del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. El proyecto resuelve una negociación entre dichos espacios mediante la metáfora del oasis, que a su vez comprende el cultivo de cactus y otras especies afines. En poco más de dos años, lo que en un primer momento fue un terreno dibujado por los residuos se ha transformado en un enclave paisajístico único que ya se puede considerar como el jardín de referencia en especies xerófitas en España.
Uno de sus elementos más característicos, en sí mismo una atracción, es la cubierta dunar del invernadero, única en España, construida con una innovadora técnica de cables tensados a tracción. El jardín botánico también es un espacio único que aúna los elementos estéticos de los paisajes naturales de las zonas áridas y semiáridas del planeta. Se pueden contemplar desde cactus hasta plantas autóctonas del clima mediterráneo como la lavanda o el romero. El jardín se articula en diferentes zonas que, metafóricamente, evocan desiertos de todo el mundo.
Desert City cuenta asimismo con un vivero en el que se cultivan y venden cactus y otras plantas xerofíticas, sin olvidar todo lo necesario para su desarrollo. Tiene también una importante selección de más de 400 especies de plantas provenientes de todos los continentes.