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Salón con asiento en capitoné, cortinas frente a cerramientos de crista, lámparas de pie con esfera de cirstal, altavoz de pie, mesita auxiliar y butaca blanca

Los 138 m2 que dan forma a este apartamento están equipados con un singular mobiliario, propio de mediados del siglo XX. Todo ello bañado en una paleta de colores neutros que encuentra en las panorámicas del exterior al mejor de los complemento.

Asiento en capitoné, isla de trabajo en cocina, frente de armarios en madera natural, mesa circular en mármol, sillas con respaldo circular de madera

El estudio lituano Do Architects, artífice del proyecto, ha concebido la zona de día como una amplio espacio diáfano en el que se dan cabida cocina, comedor y salón, a partir de un interesante juego de volúmenes curvilíneos. Las refinadas luminarias de pie son de Douglas and Bec y los altavoces de Bang & Olufsen.

Detalle suelo con incrustaciones de mármol, mesa de acero y mármol, asiento de fibra natural

El suelo está hecho de mármol, granito y travertino, combinado con un aglutinante de hormigón blanco. Sobre él descansa una selección de piezas que combinan una amplia diversidad de texturas en un gama cromática de tonalidades claras.

Mesa de centro con gafas, asiento bajo color crema, suelo de mármol, mesa de comedor circular, sillas semicirculares, armarios de madera

Una amplia cama preside el único dormitorio de la casa. El espacio, de líneas puras y estética minimalista, se ubica en la primera planta desde donde se puede disfrutar, también, de magníficas vistas hacia la ciudad.

Salón con asiento en capitoné, lámparas de pie con esfera superior, chaise longue beige, butaca con reposabrazos de madera, mesa de mármol, suelo de mármol, cortinas y columnas blancas

Los cerramientos acristalados de la vivienda regalan atractivas panorámicas y una fuerte entrada de luz natural, que llega a atenuarse con la presencia de cortinas de tonos cálidos que cubren la fachada.

Escaleras de mármol, pasamanos tubular de acero, altavoz de pie color crema

La escalera de hormigón natural conduce hasta la planta superior, hacia la parte de la casa más privada. Se acompaña de una liviana barandilla de aluminio tubular que atenúa visualmente el volumen de la escalera.

Dormitorio abierto con cama en el centro blanca, armarios de madera natural, taburete de maera, asientos en negro

El único dormitorio con el que cuenta este apartamenteo está presidido por una amplia cama alrededor de la cual se disponen el resto de elementos puntuales. Aquí se imponen las formas depuradas y la estética minimalista, así como las excelente panorámicas que se disfrutan de la ciudad de Vilna.

Cama blanca con alfombra en blanco, máquina de correr, bici estática, cortinas corridas

La planta superior de la vivienda se concibe como un espacio diáfano que acoge tanto la zona de noche donde relajarse, como una zona más activa donde practicar deporte. Ambos separados únicamente por una fina tira de aluminio en el suelo.

Cama con cabezal blanco, taburete de madera, asiento negro, armarios y revestimiento madera natural, cortinas blancas

Parte de la luz natural que incide en el interior del dormitorio se refleja en los paneles de madera natural de las paredes y calienta las superficies frías de terrazo, mármol, hormigón, cristal y acero inoxidable, haciendo aún más acogedora la atmósfera íntima de la habitación.

Baño con revestimiento de paredes y techo en madera natural, focos de techo, muro separador de granito, encimera de granito con grifería blanca y espejo de techo a suelo

El binomio de materiales nobles se convierte en una constante en el cuarto de baño. Una estancia de planta alargada por la que moverse con libertad, entre frentes revestidos de madera natural y equipamiento de obra hecho de granito.

La esencia en los proyectos radica en los detalles, a menudo imperceptibles, capaces de transformar un espacio y dotarlo de singularidad hasta convertirlo en algo diferentes y rompedor. Un ejemplo de ello es este apartamento de 138 m2, ubicado en el centro de la ciudad de Vilna (Lituania) y proyectado por el estudio local Do Architect, que pone especial énfasis en el suelo que recubre la vivienda. Lejos de optar por un material para recubrir toda la superficie, en esta ocasión el suelo de terrazo está diseñado a medida, con piezas de diferentes formas, colores y bordes que encajan como un rompecabezas. En concreto, mármol, granito y travertino de gran tamaño se combinan con un aglutinante de hormigón blanco a fin de convertir la superficie en una gran alfombra natural. El suelo se convierte así en un fondo con entidad propia capaz de dotar de singularidad cada uno de los detalle de la sala de estar.

Junto a este pavimento, el resto de elementos apuestan por tonos neutros, empezando por la madera que reviste armarios, paredes y techos, y terminando por el hormigón blanco de escaleras y columnas. La elección de sofisticadas piezas de mobiliario de mediados del siglo XX y tecnología de vanguardia y diseño contemporáneo en tonos beige completan un equipamiento interior fuera de convencionalismos, equilibrado, pese al constante juego de texturas. De planta diáfana, los dos niveles que conforman la vivienda quedan delimitados por grandes cerramientos de cristal que proporcionan al espacio abundante luz natural, así como fantásticas panorámicas del centro de la capital lituana.

El apartamento proyectado por Do Architect se organiza entorno a dos plantas: la zona de día queda concentrada en la planta baja, donde comparten espacio comedor, salón y cocina abierta; y la zona más privada, en la primera planta, donde el dormitorio, con un enfoque mucho más curado, habilita un extremo de la estancia para albergar maquinaria deportiva, con la que practicar deporte mientras se observa el skyline de la ciudad. Las paredes y las columnas tienen un acabado texturizado que absorbe la luz del sol a la vez que crea una sensación de juego de sombras. Las cortinas beige se encargan de suavizar la imponente luz natural que incide con fuerza en ciertas horas del día, mientras que los paneles de madera clara que separan las diferentes zonas aportan el toque extra de calidez. Con todo y visto en su conjunto, ¿quién dijo que el mármol no puede resultar cálido?