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Cocina con frente de granito, baldas con vajilla, armarios altos color crema, luminaris suspendidas sobre isla, banco zona comedor, mesa circular blana, sillas marrones

El espacio que se crea frente a la isla de trabajo se ha aprovechado para emplazar un banco de madera, cuidadosamente tapizado en sintonía cromática con el terrazo, y se ha acompaña de la mesa Tulip de Eero Saarinen y sillas en contraste que dotan al conjunto de un estilo personal.

Taburetes junto a zona office de isla de granito, zona de aguas con grifería cromada, luminarias suspendidas, cuadro en pared crema

La cocina abierta, revestida de terrazo, cuenta con un frente de almacenaje y una isla de trabajo en forma de L donde se habilita una zona de office. El juego de texturas y materiales aquí presentes se completa con la calidez que brinda el suelo tradicional de madera, que proporciona una conexión con el edificio existente del siglo XVIII.

Salón con sofá marrón, y chaise longue azúl con cojines, dos mesitas auxilaries, silla de madera, lámpara suspendida con patalla esférica y planta junto a ventana, aplique de pared en negro

El salón está equipado con sofisticadas piezas de inspiración modernista cuyos colores siguen la misma gama cromática que los revestimientos de suelos y paredes. La entrada de luz natural a través de los grandes ventanales se regula mediante lamas verticales.

Zona de haso hacia el dormitorio, apliques de pared negros, paredes pintadas en color crema, revestimientos de madera.

La secuencia rítmica de los altos ventanales de la fachada se mantiene ininterrumpida a lo largo de todo el muro que da a la calle, lo que favorece tanto la penetración de la luz natural como las vistas al exterior de la calle Etienne Marcel.

Estructura a medida a modo de cubo que encierra el cuarto de baño, suelo de madera, puertas abatibles

La distribución interior de la vivienda se organiza entorno a este cubúculo hecho a medida a partir de cerramientos de madera, cuidadosamente trabajados donde se ubica el cuarto de baño.

Detalle estructura de madera que encierra el cuarto de baño, con marcos que simulan frentes de armarios.

Un exquisito trabajo de ebanistería, repleto de detalles y basado en un diseño depurado y minimalista marca las pautas de este proyecto de restauración a cargo del estudio de arquitectura parisino Atelier du Pont.

Dormitorio revestido de armarios, suelo de madera de espiga, bancada de fibra y base acolchada, mesitas negras y apliques negros.

El conjunto de la vivienda adopta un plano abierto y elimina las particiones sólidas, a excepción del cubículo del cuarto de baño y una gran puerta plegable que aisla el dormitorio cuando se precisa de mayor privacidad. La estancia oculta el vestidor tras el revestimiento de contrachapado de abedul, dejando la cama y el banco continuo presidiendo el espacio.

Lavamanos doble sobre mueble de madera en negro con balda inferior abierta, estante de gresite, espejo rectangular, aplique de pared esférico, bañera exenta

El terrazo también se utiliza en el cuarto de baño, junto con baldosas hexagonales blancas y grises que revisten el suelo. Junto a una bañera exenta de aire ‘vintage’, las piezas de mobiliario y la grifería están acabados en negro, manteniendo ese juego entre clásico y moderno que impera en todo el proyecto.

Baño con ducha de obra, revestimiento de granito, suelo blanco y negro, grifería en negro, radiador toallero con formas esculturales

Aislado del resto de la vivienda, el cuarto de baño es un refugio fresco y monocromo que se contrarresta con los tonos más cálidos y las texturas más suaves del resto del apartamento.

Próximo a la Place des Victoires, en un imponente edificio del siglo XVIII, en el centro de París, se emplaza este atractivo apartamento de un solo dormitorio, reformado por completo por el estudio de arquitectura local Atelier du Pont. La singularidad de la propuesta radica en cómo se ha logrado mantener la esencia histórica y el legado patrimonial del edificio con una puesta en escena totalmente contemporánea. El resultado es un juego espacio-tiempo que se materializa con una singular combinación de materiales y una acertada elección de piezas de mobiliario y complementos sofisticados a la vez que eclécticos.

Partiendo de una planta alargada, el estudio autor del proyecto optó por separar el espacio interior del apartamento dejando el salón, el comedor y la cocina abierta en la parte delantera de la vivienda, y el dormitorio en la traseras. Entre ambas zonas, un volumen a modo de cubículo aloja el cuarto de baño, al que se accede mediante una especie de pasillo que comunica las áreas más públicas y diurnas de la casa, de la más privada. El resultado es un ingenioso juego espacial cuya disposición puede recordar a la de un loft industrial, pero en este caso tiene lugar en un apartamento urbano de apenas 90 m2, emplazado en un centenario bloque de viviendas de la capital francesa.

Los materiales, cuidadosamente seleccionados para potenciar la iluminación del espacio, apuestan por una estética sobria, limpia y elegante, en línea con el histórico edificio parisino en el que se ubica. En este sentido, los suelos de madera maciza de roble envejecida y los paneles de madera contrachapada de abedul teñida se emplean bajo una reinterpretación vanguardista de la esencia más clásicas. Lo mismo ocurre con el terrazo empleado en la zona de cocina y cuarto de baño, o el revestimiento de fina arenisca situado entre las ventanas. Todos ellos se convierten en el mejor telón de fondo para dar cabida a un depurado mobiliario hecho a medida, de elegantes formas eclécticas, detalles exquisitos, rico en texturas y teñido bajo una tenue paleta de colores. Una propuesta que, toma la exquisitez parisina de antaño como punto de partida y la adecúa en pleno siglo XXI con ingenio y encanto.