La Casa Gomis, conocida también por el nombre de la laguna junto a la que se alza, La Ricarda, en El Prat de Llobregat (Barcelona), fue uno de aquellos proyectos que rompió una lanza a favor de una nueva arquitectura en España en los momentos más oscuros del franquismo. Actualmente, debido a su ubicación, se encuentra en medio de la polémica por la ampliación del aeropuerto de Barcelona que podría afectarle de forma directa. Aprovechamos este momento para recordar su historia. 

Encargada en 1949 por Ricard Gomis y su esposa Inés Bertrand, no fue concluida hasta 1963 ya que el proceso de diseño se vio condicionado por el exilio argentino del arquitecto Antonio Bonet Castellana a causa de la Guerra Civil, quien hasta su regreso en 1956 tuvo que apoyarse en profesionales locales como un joven Ricardo Bofill.

La casa se conforma a partir de pabellones de ladrillo y cristal de una sola planta conectados entre sí pero a la vez independientes, rematados por la típica bóveda catalana que se convierte en el elemento esencial y característico del imaginario arquitectónico de Bonet.

La Ricarda fue un espacio de libertad que acogió a intelectuales y artistas de la talla de John Cage, Antoni Tàpies, Joan Miró, Merce Cunningham o Joan Brossa, algunos de los cuales integraron el proyecto Club-49 que pretendía recuperar la esencia de la vanguardia nacida durante la época de la República.

En posesión todavía de la familia Gomis, su mantenimiento se ha convertido en un desafío por la dificultad de reparar muchos de los elementos ornamentales realizados por artesanos ya desaparecidos, pero sobre todo por la proximidad con el aeropuerto de Barcelona. De hecho, la organización Iconic Houses la ha listado como un proyecto en peligro.

En 1997 se llevó a cabo una compleja y delicada restauración, obra de los arquitectos Fernando Álvarez Prozorovich y Jordi Roig, centrada sobre todo en la cubierta y la carpintería. En la actualidad, el ayuntamiento del Prat de Llobregat organiza visitas guiadas, y la casa también alquilarse para eventos, como la campaña de imagen que realizó recientemente la firma de mobiliario Molteni & C.

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Ajuntamen del Prat de Llobregat

Diseñada como casa de veraneo, La Ricarda se ubica en una extensión rodeada de pinares, junto al mar Mediterráneo.

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Steve de Vriendt

La vivienda se desarrolla a partir de pabellones de una sola planta conectados entre sí pero a la vez independientes.

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Las bóvedas catalanas que rematan los volúmenes son su elemento más característico.

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Steve de Vriendt

En 1997 se llevó a cabo una compleja restauración que se centró sobre todo en la cubierta y la carpintería, elementos fundamentales de la arquitectura original.

La Ricarda (Gomis House). Antoni Bonet Castellana

La preservación de La Ricarda se ve amenazada por su cercanía al aeropuerto de Barcelona.

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Steve de Vriendt

Todavía se conserva gran parte del mobiliario que fue diseñado expresamente para estos espacios.

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Steve de Vriendt

Los interiores fueron diseñados teniendo en cuenta la conexión espacial y visual con el entorno natural.

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La Ricarda ha sido escenario de la campaña publicitaria 2020 de la firma de mobiliario italiano Molteni & C.