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Sergei Eisenstein arquitectura

Sergei Eisenstein

Entre 1937 y 1940 Eisenstein, formado como ingeniero y arquitecto en Petrogrado, escribió un texto titulado Montaje y arquitectura en el que plasmó sus ideas sobre la narrativa cinematográfica y sus conexiones con el lenguaje arquitectónico. Allí explicó, entre otros aspectos, la noción de recorrido visual e imaginario que experimenta el espectador de una película, y trazó un paralelismo con lo que percibe una persona al recorrer un edificio. La maestría de Eisenstein con el montaje puede apreciarse, por ejemplo, en una de las escenas más famosas de la historia del cine, la matanza de civiles en las escalinatas de Odessa a manos del ejército zarista en la película Acorazado Potemkin (1925).

Fritz Lang arquitectura

Fritz Lang

Fritz Lang (1890-1976) era hijo de Anton Lang, arquitecto jefe de los trabajos públicos de la ciudad de Viena. En 1908 empezó sus estudios de arquitectura en la Escuela Técnica de Viena por deseo paterno; pero su inclinación por la pintura le llevó finalmente a interrumpir sus estudios para matricularse en Bellas Artes. Pero tanto la influencia paterna como sus primeros años como universitario no cayeron en saco roto: los escenarios de una de las obras maestras de Lang, Metrópolis (1927), revelan sus profundos conocimientos en el campo de la arquitectura. El director imaginó una megalópolis futurista altamente industrializada y organizada en estratos sociales. Cada uno de los espacios que forman la ciudad está encarnado por tipologías arquitectónicas con un claro significado alegórico; connotaciones que se aplican también al vestuario y los accesorios. Tal como el propio director solía recordar, la profunda impresión que Nueva York le causó cuando viajó allí por primera vez en 1924 influyó en la estética de la película.

James Stewart arquitectura

James Stewart

Fue uno de los galanes del cine clásico de Hollywood y el actor que mejor encarnó al americano ideal. James Stewart (1908-1997) estudió arquitectura en la prestigiosa universidad de Princeton, siendo un alumno destacado: su tesis sobre el diseño de un aeropuerto impresionó tanto a sus profesores que le otorgaron una beca para estudios de postgrado. Pero allí mismo conoció al futuro director Joshua Logan, quien le convenció para que apareciera en obras de teatro del Princeton Triangle Club, inoculándole el gusanillo de la interpretación. Aquí en La ventana indiscreta (1954), una película cuya escenario es pura arquitectura.

Franco Zeffirelli arquitectura

Franco Zeffirelli

Aunque su verdadero nombre es Gianfranco Corsi, ha pasado a la historia del cine con el pseudónimo artístico de Franco Zeffirelli. Concebido en 1923 en una relación adúltera, su madre le puso ese apellido para no vincularlo a la familia de su legítimo esposo. Durante sus estudios de arquitectura en la Academia de Bellas Artes de su ciudad natal, Florencia, Zeffirelli descubrió su inclinación por las artes plásticas y la decoración, por lo que unió esta afición a su interés por el mundo del espectáculo y empezó a trabajar como decorador y escenógrafo en el Teatro della Pergola.

Fernando Colomo arquitectura

Fernando Colomo

Nacido en 1946, el director de cine Fernando Colomo reconoce que la arquitectura fue para él algo provisional: cuando terminó el bachillerato tenía 17 años y para entrar en la escuela de cine había que tener 21, así que, aprovechando que se le daba bien el dibujo, decidió llenar el vacío estudiando arquitectura. Ejerció la disciplina cinco años, los necesarios para financiar su ópera prima, Tigres de papel (1977). Y de todos modos su formación como arquitecto no cayó en saco roto, porque, como él mismo afirma, le ha dado cierta ventaja a la hora de planificar, visualizar el espacio, dibujar rápidamente o crear storyborads más estudiados. Aquí le vemos junto a Lilian Caro en una escena de Isla Bonita (2015), película que dirige e interpreta. 

Luigi Comencini arquitectura

Luigi Comencini

Considerado uno de los padres de la "comedia a la italiana" con títulos como Pan, amor y fantasía o Todos a casa, Luigi Comencini (1916-2007) se formó como arquitecto en el Liceo Politécnico de Milán. Allí coincidió con el que también sería director de cine Alberto Lattuada, y comenzó a interesarse cada vez más por el séptimo arte hasta que obtuvo un diploma como director en 1939.

Ángel Borrego arquitectura

Ángel Borrego

Después de ganar el concurso internacional para la construcción del Registro Civil de la paralizada Ciudad de la Justicia de Madrid, al cabo de un proceso que se asemejó a una película de suspense –y que acabó en nada, porque el edificio no se construyó–, Ángel Borrego Cubero (1962), formado entre la escuela de Princeton y Madrid, y fundador del estudio Office for Strategic Spaces (OSS), decidió hacer un documental sobre concursos, una práctica recurrente en el mundo de la arquitectura. Durante cuatro años se dedicó a encontrar, documentar y editar el trabajo intenso que se desarrolla durante un concurso de arquitectura, en concreto el que se organizó para construir el Museo Nacional de Andorra. El resultado es The Competition (2015), un retrato fidedigno de la época del boom del ladrillo a través del modus operandi de cinco arquitectos-estrella: Zaha Hadid, Frank Gehry, Jean Nouvel –en la imagen– y Dominique Perrault. Foster también anduvo metido en el ajo, pero se negó a que se filmara su proceso de diseño.

Joseph Kosinski arquitectura

Joseph Kosinski

Probablemente su caso no sea el único en los próximos años. El dominio de las herramientas informáticas de modelización 3D que los estudios actuales de arquitectura proporcionan a los futuros profesionales puede abrir una vía lógica y natural para dar el salto a la animación y de ahí al cine. Le ocurrió a Joseph Kosinski (1974), quien tras graduarse en arquitectura en Columbia creó su propia compañía de cortometrajes de animación. Esa familiaridad con los universos virtuales y futuristas se refleja en películas como Tron Legacy (2010), continuadora de la mítica película de ciencia ficción Tron (1982) –ambas protagonizadas por Jeff Bridges, en la imagen junto al director–, y la traslación a la gran pantalla de su propia novela gráfica Oblivion (2013).

Ice Cube arquitectura

Ice Cube

Que las apariencias engañan lo demuestra el hecho de que, tras la imagen de dureza y pose que cultivó en su juventud como rapero y actor –fue fundador de uno de los grupos fundamentales del género, NWA, y apareció en cintas como Boyz N the Hood, Tres Reyes y xXx: State of the Union– el californiano Ice Cube –alias de O'Shea Jackson– (1969) esconde un alma sensible a la arquitectura y el diseño, fruto de sus estudios de dibujo arquitectónico. En 2011 apareció en el documental del colectivo Pacific Standard Time Ice Cube Celebrates The Eames, donde visitaba la casa de la famosa pareja de diseñadores en Los Angeles y proclamaba su amor por la obra de estos.

A estas alturas de la película –nunca mejor dicho– no vamos a descubrir el enorme caudal de los vasos comunicantes entre cine y arquitectura: la noción del espacio, la escenografía, la idea de recorrido, la profundidad de campo, la iluminación y el montaje son conceptos comunes a estas dos disciplinas creativas.

Desde el advenimiento del séptimo arte a finales del siglo XIX, ambos mundos se han influido mutuamente: prácticamente desde las primeras películas de los hermanos Lumière, los escenarios arquitectónicos tuvieron una gran importancia en la construcción del imaginario fílmico, tanto si eran el mismo objeto de la historia como si constituían el fondo para el desarrollo de una ficción. Del mismo modo, la construcción del lenguaje cinematográfico y sus técnicas acabó permeando en la concepción del espacio arquitectónico.

Más allá de las conexiones conceptuales –sobre las que no vamos a profundizar aquí porque ya hay sobrada literatura al respecto, y de muy buena calidad–, la relación entre cine y arquitectura es, en algunos casos, literal: algunos de los cineastas y actores más famosos se formaron como arquitectos, llegando incluso a ejercer la profesión antes de decantarse por las imágenes en movimiento en lugar de los volúmenes estáticos.

Sea circunstancial o fruto de una evolución lógica, es esa faceta a menudo desconocida de grandes figuras del séptimo arte la que traemos colación aquí. Puede que no sea una contribución fundamental al conocimiento de la historia del cine y la arquitectura, pero al menos les dará una oportunidad para presumir de erudición con los amigos.